¿Conocen en los colegios la diversidad y la discapacidad psicosocial?, ¿qué supone para las personas diagnosticas poder promocionar la salud mental de niños y niñas?, ¿cómo se sienten las personas que atendemos cuando se enfrentan a un aula llena de niños y niñas?, ¿Qué impacto genera en edades tempranas?

Existe en Alcobendas y San Sebastián de los Reyes una Mesa Interinstitucional de Salud Mental, en la que, además de participar ambos ayuntamientos a través de sus técnicos de salud y observatorio de discapacidad respectivamente; formamos parte todos los centros de la Red de atención social a personas con enfermedad mental grave y duradera de ambos municipios, así como distintas asociaciones de la zona norte de Madrid.

En este grupo de trabajo desarrollamos distintas acciones a nivel local de sensibilización social y lucha contra el estigma, entre ellas el programa Destapando lo Invisible dirigida al alumnado de los distintos niveles de enseñanza.

Destapando lo Invisible

Un grupo de personas usuarias del Centro de Día de Alcobendas participa activamente desarrollando sesiones en colegios de ambos municipios. Estas personas usuarias pertenecen a un grupo estable que, desde hace años, se reúne cada viernes para aprender, analizar, planificar y desarrollar distintas acciones con el objetivo de contribuir a la reducción del estigma asociado a los problemas de salud mental en nuestro entorno social y reducción del autoestigma.

Para nuestros participantes la actividad realizada en los colegios es “Una experiencia feliz. Una manera de combatir el estigma. El encuentro con los niños y niñas fue muy bonito”; “me gusta la espontaneidad de los niños, lo agradecidos que son y la satisfacción que se nos queda a nosotros”; “es una experiencia necesaria, su contacto y sentir su cariño (….) Me trae muchos recuerdos de mi infancia”; “me gustó poder sentirme unido a mis compañeros y compañeras”; “Se aprende mucho. La puesta en escena y contarles a los niños y niñas lo qué es la salud mental es todo un reto. Te hace sentir bien. Sentimos que confían en nosotros y formamos un buen equipo”.

Llegar a los niños y niñas

En el 2024 hemos llegado a 4 colegios y 9 aulas: 180 niños y niñas en total. La experiencia de años anteriores y la consistencia del equipo les ha dado la energía para realizar tantas sesiones.

La población objetivo son menores de 3º y 4º de primaria e indirectamente el profesorado, que también son agentes de salud mental en las escuelas.  En cada una de las aulas se hace una sesión de una hora de duración con contenido educativo y expositivo, y una segunda parte de trabajo individual y grupal con una dinámica en el aula que permite el contacto y el intercambio directo entre participantes. En esta sesión nos presentamos y damos información sobre el centro de día para personas con enfermedad mental, contando brevemente qué hacen allí y para qué.

Con los alumnos de 3º leemos el cuento de Beatriz Taboada, “Mamá a veces tiene truenos en la cabeza” que trata sobre los cambios emocionales y conductuales de adultos/niños, y tras un debate sobre las emociones intensas y la importancia de pedir y dar ayuda, presentamos la dinámica a trabajar: “Rueda de las opciones”. Esta dinámica es una disciplina positiva para generar alternativas para volver a la calma cuando tenemos emociones intensas o cuando duran mucho. Se realiza de manera conjunta y se comparte también cada elección particular, haciendo hincapié en el respeto a las diferentes formas de afrontar y buscando el paralelismo con el mundo adulto.

Por su parte, con los de 4º de primaria, algo más mayores, se trabaja en base un vídeo de promoción de la salud mental, elaborado y doblado por los miembros del grupo y voluntarios participantes, en base a guías y materiales de prevención de la enfermedad mental y su experiencia.

De nuevo se hace especial hincapié en cómo y a quién pedir ayuda y se les proporcionan algunos teléfonos de atención a la infancia. Tras el debate sobre el vídeo, los menores realizan una prueba de “Diario de bienestar”, una herramienta de autoconocimiento y autogestión, previa explicación de cómo hacerlo. Se comparte y comenta en conjunto, y se elije una acción de salud y bienestar que cada uno hará antes de acabar el día.

En la despedida de todas las sesiones, además de agradecer la oportunidad, se deja un espacio para que los niños y niñas pregunten o comenten lo que quieran libremente.

No se realiza una explicación directa y pormenorizada del estigma, ni de la enfermedad, sino que se permite conocer a través del trabajo conjunto en el aula, del conocimiento directo, de la aportación útil al aprendizaje, del papel activo, y de la sobrada capacidad de las personas con enfermedad mental a cuidar y proteger la salud mental.
Compartir y expresar

Las sesiones se viven con mucha colaboración de los centros, que nos reciben con mucho interés. Los niños y niñas escuchan atentos, preguntan e interaccionan con naturalidad.

En los debates abiertos surgieron preguntas, muchas de ellas relacionadas con el móvil (y las limitaciones que sus padres les ponen)  y con dormir bien, y hacen referencias importantes sobre la familia, sobre pedir ayuda y a acompañar a los compañeros que lo pasan mal.

En algunas clases preguntan también sobre el inicio de la enfermedad, sobre las posibilidades de curarse o quitar la enfermedad. También les interesa saber si son amigos, y el modo en que se ayudan unos a otros, preguntan por la figura de la psicóloga y si me gusta el trabajo. Y ahí, las personas usuarias cuentan lo que les hace sentir mejor, la importancia de la medicación y de la actividad, las pasiones y los buenos hábitos. Hablan sobre pintura, poesía y música. Cuentan lo importante que es pedir ayuda y buscar personas con las que sentirnos seguros.

Algunos niños comparten y expresan aspectos de identificación bien por no tener amigos, por tener una amiga enganchada al móvil, por tener un hermano autista que también tiene ayuda de un psicólogo, por la muerte de padres y abuelos… Y también los profesores comparten. Por ejemplo una profesora comparte que tiene una prima en el hospital. En ese momento los niños y niñas la abrazan cuando ella rompe a llorar; otra se sorprende al conocer los datos de hábitos de dormir o uso del móvil; otra agradece a los valientes que expresan lo solos que se sienten; otra más habla de “ser felices aun con la enfermedad”.

El beneficio de estas sesiones

Pese a todas estas experiencias vividas, nos preguntábamos como equipo qué impacto generaba nuestra presencia allí, la utilidad de nuestra acción y la imagen con la que se quedaban tanto menores como profesores después de la actividad. Así que decidimos recoger esa información por escrito.

Los 7 profesores implicados contestaron un breve cuestionario a realizar al menos una semana después de la sesión en el que se les preguntaba por distintos aspectos de la experiencia. Esto es lo que nos hicieron llegar:

  • Al 100% de los y las profesoras/es le parece una actividad útil y también el 100% recomendaría la actividad en otras aulas.
  • Respecto al impacto observado en los alumnos, 3 profesores no identifican impacto alguno, mientras que 4 observan cambios relacionados con la expresión emocional, las conversaciones y el mejor trato entre ellos el día de la sesión y posteriores.
  • Respecto a si están interesados en saber más sobre salud/enfermedad mental el 100% contestan que sí, no solo infantil, sino también como adultos.
  • Palabras utilizadas para describir la actividad: necesaria, importante, punto de vista, dinámica, entretenida, bien organizada, agradecimiento.
  • Palabras utilizadas respecto a las personas diagnosticadas participantes: conocer un poquito de vosotros, desconocemos realidades diferentes, tabú, se habla poco.

Todos los profesores nos hacen sugerencias a incluir tales como hacerlo en edades superiores también, incluir tipos de enfermedades, que se repita o se realice en varias sesiones para ampliar las experiencias reales.

¿Y los niños y niñas qué nos dicen?

Al acabar la sesión tienen la oportunidad de decir por escrito de forma anónima si les ha servido la actividad. A continuación podéis ver los resultados y sobre todo sus palabras que han sido un regalo y el reconocimiento hacia las personas usuarias.

Al 94% le ha servido la actividad, y sólo un 6% le ha parecido más o menos útil. Nadie la consideró inútil

Cuando les preguntamos si quieren saber más el porcentaje baja al 91%, un 4,5% no sabe y otro 4% no quiere saber más, la mayoría por temas de tiempo al tener que hacer deberes.

Imposible recoger aquí todos los comentarios escritos por 180 menores pero queremos compartir algunos:

«Esta charla me ha enseñado mucho. Es genial aprender sobre eso”;

«Sois la mejor pandilla que ha venido a nuestro colegio”,

Me gustaría aprender más para ayudar a mis amigos”,

«Me gustaría aprender más sobre la salud mental”,

«Me gustaría ir a visitarles al centro de día»…

Y lo que aporta a las personas usuarias

La posterior lectura de todos estos comentarios fue un verdadero acto de reconocimiento y una fuente de autoestima. El agradecimiento, la imagen activa y positiva, la utilidad para su propia vida son el efecto perseguido por este grupo que con toda dedicación y capacidad han desarrollado estas acciones.

Además, se genera un impacto sobre el  papel activo de cada persona en el cuidado y protección de la salud mental propia y de nuestro entorno.

Pero sobre todo, nos quedamos con un aspecto: el deseo de conocer más, la curiosidad, la necesidad de volver a encontrarse, porque son justo las actitudes contrarias al miedo, rechazo y desconfianza que por desgracia aún, las personas diagnosticadas siguen enfrentando.

El estigma social ensombrece su vida y dificulta la recuperación, por lo que estas y otras muchas acciones de participación, encuentro e intercambio entre generaciones son una oportunidad para reducir el estigma, también el internalizado.

Para ser efectiva, la labor de sensibilización ha de ser tenaz. Se requieren múltiples acciones, a distinto nivel y articuladas a lo largo del tiempo, con participación directa de distintos grupos de población y en base a una mayor relación interinstitucional en materia de salud mental.

Esta es nuestra experiencia, una aportación más en la eliminación de la barrera invisible e injusta que es el estigma.