Algo bueno tendrá correr.

Correr es libertad y equilibrio, hace que mis niveles de estrés bajen pero a la vez consigue llenarme de energía en los días más bajos. Me desconecta por un momento de este mundo tan rápido en el que vivimos y me presenta a mí yo más creativo y con mejores ideas.

Correr me hace afrontar la adversidad con actitud y optimismo. Correr se inventó para mostrar la importancia de la constancia y el trabajo diario, para olvidarnos de los atajos y valorar la recompensa a largo plazo.

Correr cuida el motor de mi cuerpo: el corazón y los pulmones, para enfrentarme a la vida con pasión y alegría, fortalece mis piernas para ayudarme a seguir conociendo mundo y me mantiene en mi peso para no cansarme nunca y aprovechar al máximo eso tan escaso llamado tiempo.

Correr me hace bien por dentro y por fuera.

Porque es el deporte más barato, porque no necesitas a nadie más que a ti mismo, porque te lo ha recomendado el médico, porque quieres adelgazar, porque está de moda, porque la ilusión de tu vida es hacer una maratón o simplemente porque te hace sentir bien. Da igual el motivo por el que corras. La realidad es que cada día hay más gente que corre.

Algo bueno tendrá correr.

En el mundo, hay personas que no han tenido la misma suerte que nosotros, personas que lidian en su día a día con la parte dura de esta vida. Un querido comentarista deportivo decía que “la vida puede ser maravillosa”, y así es normalmente, pero el pasar de los años me ha ido abriendo los ojos. A veces, la vida también puede ser cruel, injusta y oscura.

Para aquellos que viven en la desesperanza, en el miedo y en la soledad, que se levantan cada mañana sin saber muy bien para qué, que dejan de quererse y sienten que la vida les va engullendo poco a poco. Para todos ellos, correr puede ser una pequeña luz.

Correr invita a ponerte una meta clara, alcanzable y acorde con tus capacidades. Modesta, pero suficientemente grande para hacerte levantar a la mañana siguiente.

Una meta que no depende de terceros, ni de la suerte, ni del dinero que tengas, una meta que por fin, solo depende de ti, de tus ganas de salir adelante.

Cada día, cada entrenamiento, se convierte en tu victoria. Victoria, una palabra borrada de tu vida y que empiezas a redescubrir con cada zancada, con cada kilómetro.

Tu victoria es ser mejor que ayer, es amor propio, es gustarte a ti, no a los demás, tu victoria es intentarlo hasta el final, es enfrentar tus miedos y felicitarte por ello. Tu victoria es compartir tus metas y ayudar a otros a alcanzar las suyas. Tu victoria es ser uno más, pero único y auténtico. Tu victoria es perseverar y conseguir algo muy pequeño después de mucho esfuerzo.

Correr nos hace sentir bien por dentro y por fuera.

Correr es abrazar la cultura del esfuerzo, que es la única llave para todos nuestros sueños.

Zapatillas Solidarias somos un grupo de personas que disfrutamos corriendo, que estamos muy agradecidos a este deporte porque de muchas formas ha mejorado nuestras vidas, y que por eso mismo, tratamos de llevarlo a las personas que más lo necesitan. Os invito a que conozcáis a Paco, su historia, su carrera y sus victorias, a seguirnos en Instagram @ZapatillasSolidarias y poneros nuestra camiseta.