Gracias por todo y disfrutad de esta nueva etapa
El término jubilación proviene del término latino iubilare, y viene a significar “gritar de alegría” y no debe de ser para menos, aunque yo aún no lo sé, de momento tan solo he asistido como espectador de ese instante, viendo cómo otros son los que llegan a ese momento de júbilo y de descanso más que merecido.
La jubilación pone punto y final a una vida de desempeño laboral, jalonada, generalmente, de esfuerzo, trabajo, dedicación y que nos lleva a mirar hacia atrás, y en este punto utilizo el plural porque llegado ese momento, también los espectadores que participamos de ese instante, solemos hacer un recorrido de lo vivido, de lo compartido, de lo aprendido de esa persona.
Nuestra vida, nuestros actos, implican, influyen, repercuten, por más reservado que seamos, en las vidas de otros y es en esa mirada hacia atrás que conlleva el resumen. Es cuando nos hacemos conscientes, de la repercusión que esa persona ha podido tener a través del tiempo compartido, no solo laboral sino cotidiano, en nosotros.
En la elaboración del homenaje, lo asumido en el día a día, con el habitual descuido de lo cotidiano, nos aborda, a veces con una contundencia brutal, viendo que, entre las fotos, las imágenes rescatadas del algún lugar perdido, ahora necesarias para plasmar todo un recorrido, va parte también de nosotros, porque las vidas, aunque sean las laborales, siempre son compartidas, mutuas, llenas de momentos que en muchas ocasiones han influido en el cómo somos ahora mismo.
Esta última semana dos compañeros nuestros se han jubilado, Nuria Lantero, coordinadora del CAEF de Majadahonda / Las Rozas, de la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid (Consulting Asistencial) y Juan González Cases, director del CRPS de Alcalá de Henares de la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid (Grupo 5). En ambos casos fueron muchas las personas que se pusieron en marcha para organizar su fiesta (sorpresa) de despedida para celebrar ese momento.
No he tenido la suerte de trabajar con Nuria, aunque todo lo que recibo de las personas que sí que coincidieron con ella van en el mismo sentido, su generosidad a la hora de apoyar y colaborar en el día a día, la seguridad que transmitía a los equipos, su disponibilidad para poder consultar con ella cualquier cuestión, su cercanía y el amplio conocimiento del recurso que gestionaba.
Sí que coincidí con Juan y aquí quiero abrir un paréntesis a nivel personal.
Hace ya varios años que conocí en persona a Juan en una coordinación de casos en Alcalá de Henares y más allá de lo que ha supuesto en la organización de los centros y recursos de rehabilitación en salud mental en la Comunidad de Madrid, lo que me impactó fue su persona, su forma de ser y de tratar al otro, su sentido común y la sensatez de cada una de sus palabras, con el tiempo pude conocer su centro y las personas que trabajaban en él que transmitían esa misma sensación de calma, de tranquilidad, de bonhomía a veces tan difícil de encontrar entre ratios, prisas o protocolos encorsetados, y en ese momento pensé que quería ser como él. Espero que algo de lo compartido, de lo aprendido de ti, haya calado en mi yo de hoy, en mi forma de ser y sobre todo en la forma de tratar a las personas. Así que solo puedo darte las gracias por este tiempo.
Nuria, Juan, disfrutad ahora de vuestro tiempo, del compartido con aquellos a los que queréis, de la satisfacción del trabajo bien hecho, os lo habéis ganado.
Que grandes !!! 🙂 Y que grande Juan en lo que relatas.. pones palabras a nuestros Sentires … Faros !!