Por fin 2021. Dejamos atrás el año al que nadie habría sido capaz de predecir, ni en los peores pronósticos. En este año que comienza parece muy claro cuál es el mejor (o al menos más repetido) propósito: la salud. Si todos los años es importante, en este coge una prioridad principal. La vacuna que ha comenzado a distribuirse y administrarse recientemente nos hace sentirnos esperanzados en este nuevo propósito.
Dejamos atrás un año con muchas consecuencias en todas las esferas. Como ejemplos, valga decir que ha aumentado el paro, la enfermedad, la angustia, la depresión, la ansiedad…, por el contrario han descendido la economía, las relaciones personales, familiares, el sentimiento de pertenencia. Se han cerrado negocios, proyectos, ideas e incluso la propia comunidad. Como se ha repetido en muchas ocasiones, debemos aprender de todo lo acontecido y sacar lo mejor que se pueda de esta crisis.
En este proceso de aprendizaje tenemos que saber las consecuencias a medio y largo plazo que van a quedar en todos y cada uno de nosotros y nosotras. Mucho de lo perdido no se recuperará de manera inmediata y mucho de lo adquirido tampoco nos abandonará fácilmente.
En esta línea de conocer cómo ha afectado a las personas con trastorno mental grave la situación de Covid, desde Grupo 5 se organizó el 10 de diciembre (Día de los Derechos Humanos) una jornada online sobre Impacto de la Covid19 en la Salud Mental.
Se pretendió arrojar luz sobre qué consecuencias ha tenido en las personas con trastorno mental grave (TMG) la Covid, ya que es una población que, siendo vulnerables y donde las consecuencias son importantes, los estudios sobre el tema son escasos.
Esta jornada fue moderada por Miguel Simón Expósito, Director de Innovación y Relaciones Institucionales de Grupo 5. En ella se organizaron tres mesas debate. La primera de ellas, Respuestas a la pandemia desde los servicios de salud mental, en la cual participaron Mikel Munarriz, psiquiatra y presidente de la Asociación Española de Neuropsiquiatría-Profesionales de la Salud Mental (AEN), Francisco Rodríguez Pulido, Presidente de la Sección de Rehabilitación de la AEN, y Carmen Ferrer Dufol, psiquiatra de servicios públicos de rehabilitación de Zaragoza y miembro de Asociación Española de Neuropsiquiatría-Profesionales de la Salud Mental (AEN).
En esta mesa se estableció que el impacto de la pandemia es desconocido todavía, es una situación totalmente nueva socialmente y sobre todo sin un fin claro. La pandemia ha puesto de relieve las carencias que tenía el sistema, incluso antes de que la pandemia estuviera presente, debido a las políticas de recorte que se han ido aplicando sistemáticamente. Se plantea que el virus no es “igual” para todos, los más vulnerables han padecido y sufrido más y peor, volviendo a agrandar las desigualdades sociales. En esta línea, Rodríguez Pulido ahonda en la necesidad de un Plan Estratégico que modifique las condiciones de abandono que la salud mental lleva arrastrando desde hace tiempo; que traten de aminorar las grietas sociales. Apostando firmemente por modelos de proximidad y de atención domiciliaria.
Finalmente, Carmen Ferrer, acentúa que la atención a la salud mental ha pasado a un segundo plano dando prioridad a la atención de Covid, con las consecuencias que esto puede acarrear, desplazando muchas de estas intervenciones a lo telefónico, dejando de lado “la necesidad de ver en persona al paciente, esto no se sustituye con una llamada telefónica”. Se ha quitado importancia a la capacidad rehabilitadora del contacto entre las personas usuarias que comparten experiencias, dando por bueno la teleasistencia.
La segunda de las mesas, Buenas prácticas en rehabilitación psicosocial de personas con trastorno mental grave, participaron Martín Vargas, psiquiatra, Francisco Villegas, psicólogo y Alicia de la Calle, terapeuta ocupacional, todos ellos miembros de la Federación de Asociaciones de Rehabilitación Psicosocial (FEARP).
En esta mesa, desde la FEARP, se planteó qué puede hacerse una vez que se inició la pandemia. Desde la idea de que las personas con TMG son más vulnerables a las consecuencias de la Covid, intentando solventar este problema, pusieron en marcha una difusión de buenas prácticas en rehabilitación psicosocial adaptadas a la situación de Covid (www.fearp.com). En esta misma presentación, Francisco Villegas, informa sobre el “Impacto del estado de alarma en la atención de rehabilitación psicosocial”, siendo las conclusiones que los centros deberán: elaborar planes de reactivación para salir de casa; diseñar protocolos de actuación ante emergencias; naturalizar la relación telemática, tanto en los procesos con usuarios/as como en coordinaciones y organización; potenciar la rehabilitación en el entorno de vida de la persona; transformar los modelos residenciales en sistemas de apoyo domicilio; impulsar la digitalización de los programas de rehabilitación laboral; generar formación online, tanto para profesionales como para personas atendidas. “Los sistemas de rehabilitación psicosocial son vulnerables a este tipo de situaciones y son frágiles ya que atienden a problemas de muy alta complejidad, lo que hace que cualquier movimiento del sistema puede hacer que se vengan abajo”.
Por último Alicia de la Calle presentó el trabajo “Equilibrio ocupacional en rehabilitación psicosocial durante la pandemia” desarrollado desde la disciplina de la terapia ocupacional, en la cual se marcaron como objetivo validar una escala que mide el área ocupacional que ayudará a detectar el empeoramiento funcional y psicopatológico de las personas usuarias.
La tercera de las mesas, Necesidades Post-Covid en personas con trastorno mental grave. Estudio de investigación de Grupo 5, en la que participaron Daniel Navarro, psicólogo y Responsable del Área Técnica de Grupo5 y Francisco Ballesteros, psicólogo y Gerente de centros diurnos de Grupo 5. En esta mesa se presentó el estudio que Grupo 5 ha elaborado con la participación de más de 800 personas atendidas en todos los recursos, diurnos y residencias, de atención a personas con trastorno mental en todas las comunidades autónomas donde Grupo 5 tiene presencia. Hay que destacar en esta presentación las proyecciones hacia el futuro y las adaptaciones que los recursos de rehabilitación tendrán que afrontar desde el 1 de enero del 2021 y que son consecuencia de las necesidades detectadas.
Algunos que se pueden destacar son: 1) desarrollar mecanismos para manejo de sintomatología negativa grave; 2) desarrollar programas de manejo de la ansiedad eficaces; 3) identificar a las personas con alto riesgo de suicidio; 4) necesidad de validar la asistencia virtual como metodología eficaz; 5) fortalecer los programas de refuerzo de las redes naturales de apoyo social; 6) aumentar los apoyos para salir a la comunidad y volver a ocupar los espacios vaciados; 7) potenciar programas de acompañamiento comunitario; 8) revincular con el sistema de atención sanitaria; 9) asegurar el acceso igualitario a las nuevas tecnologías; 10) fortalecer la atención a las familias.
Como conclusión, la crisis ha generado cambios en la atención a las personas que padecen problemas de salud mental. Habrá que ver qué impacto y en qué dirección tienen estos cambios. Asimismo, las necesidades de las personas a las que atendemos han cambiado o cambiarán, obligándonos a estar preparados para dar la mejor de las atenciones. Como se ha mencionado en la jornada “datos más valores pondrán en la pista para reconstruir para mejorar”.
Es imprescindible actuar pronto, atender a los datos de que disponemos y adaptar los servicios, programas y procedimientos para que podamos dar mejores respuestas a futuro.
En esta jornada, se ha puesto en el foco en las personas con TMG, una población especialmente vulnerable a estos cambios comunitarios y condicionantes sociales que ha traído la pandemia y el confinamiento. Pocas certezas quedan, pero sí un conjunto de preguntas y retos que lo que hacen es marcar el camino que nos queda por recorrer. Algunos de ellos han quedado reflejados en las jornadas: ¿Cuál es el verdadero impacto de la Covid o cuál será?; ¿Cómo hay que hacer la adaptación de modelos?; ¿Qué se puede hacer con aquellos que no acceden a la teleasistencia?; ¿Cómo ha sido la teleasistencia verdaderamente?; ¿Qué otras necesidades se están dando y no han dado la cara todavía?
Enhorabuena por el trabajo. Un ejemplo de cómo la investigación debe servir para generar cambios reales en la atención y la organización, que acaben llegando a los usuarios de los servicios.