A poco que hayamos tenido un mínimo contacto con el trabajo del cuidado del otro, sabremos que no existen perfiles puros, casi nunca vamos a encontrarnos un diagnóstico, una situación que se ajuste a la perfección a aquello que estudiamos durante nuestra formación fuese cual fuese, pero en su mayoría entran dentro de una diversidad “trabajable” dentro de una amplia variedad de formas de intervención.
Pero, qué hacer con aquellas personas receptoras de varios diagnósticos o situaciones vitales, ¿Qué hacemos con las pluripatologías, con las dualidades, con aquellos casos en los que la acumulación de etiquetas en lugar de aumentar las alternativas de tratamiento les excluye?
Cada vez son más frecuentes estas situaciones que aíslan irremediablemente a las personas que las portan o las viven, porque a veces tan solo se debe a que ha pasado el tiempo en sus vidas y provocan que, por mayoría de edad, ya sean 18 o 65 se ven avocados a abandonar un recurso del que formaban parte hasta ese momento. ¿Qué hacer cuando la dupla se da en salud mental y discapacidad intelectual? Las alternativas a su intervención se limitan considerablemente y en ocasiones son, incluso avocados a vivir en la incertidumbre de no saber cuando terminará su plazo o cuál habrá de ser su sitio.
Es por esto por lo que Grupo 5 apostó hace años por repensar recursos y generar nuevos espacios de intervención para atender a aquellos que no encajaban en lo habitual, en lo frecuente, aunque, paradójicamente, cada vez sean más cotidianos.
De este modo surgieron recursos específicos y especializados en atender a lo que ya conocíamos, los trastornos mentales graves, pero además prestando atención a la dependencia o al agravamiento de algunas enfermedades crónicas debido a la edad, siempre en el marco de la recuperación y la integración en comunidad.
Bajo este encuadre nació la Residencia de Grupo 5 Puerta de Hierro en Madrid, a la que ahora ha seguido la Residencia Grupo 5 Triana, para la atención de aquellas personas que, tras alcanzar la antigua edad de la jubilación, han de seguir estando cuidadas dentro del modelo de recuperación aumentado por la atención a la dependencia y a aspectos más somáticos del paciente.
¿Cómo abordar la intervención cuando cohabitan el trastorno mental grave y la discapacidad intelectual, cuando no se ajustan a ninguno de los perfiles de esos recursos por separado? en esta disyuntiva nació Grupo 5 Versalles y lo hizo desde sus cimientos, literalmente. Teniendo en cuenta el trabajo que se llevaría a cabo en ese centro, la tipología de las personas usuarias o mejores medios para los equipos de intervención, en el diseño y la construcción del edificio que hoy habita este recurso, desde la estructura de los edificios de nueva construcción, como la
Y es que esta ha sido otra de las características de estos nuevos centros, la adecuación del diseño de los espacios; orientados hacia pequeñas unidades convivenciales mucho más autónomas, generando y habilitando espacios de encuentro, de actividad, de vida, mejorando la antigua concepción de los espacios residenciales tradicionales.
La diversidad, la evolución cotidiana de las sociedades suponen todo un reto para las administraciones, los sistemas sociales y las entidades que trabajamos en ello, pero estos desafíos han de ser afrontados desde la experiencia, la evidencia, unos valores fundamentales como la confianza, la iniciativa y la responsabilidad, y por supuesto imaginación e interés en seguir cuidando la esencia humana de cada persona en momentos de vulnerabilidad.