El cambio climático tiene un impacto directo sobre las personas. Las temperaturas extremas han generado cambios en la pesca, la agricultura, en nuestro consumo energético incluso inestabilidad en el suministro de agua de consumo.
Ha subido la temperatura del mar modificando la localización de la vida marina, complicando la pesca. Los campos de cultivo demandan mucha más agua, esta cada vez más escasa por la falta de lluvia. Ha aumentado la desertización que potencia aún más esa falta de lluvias y en determinadas zonas ya hay restricciones para consumir agua.
Según Naciones Unidas las emisiones de gases de efecto invernadero cubren la Tierra y retienen el calor del sol. Esto conduce al calentamiento global y al cambio climático. Estos gases se producen por la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas, y su utilización representa aproximadamente el 90 % de todas las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial.
Ante esta perspectiva crítica, Korian está apoyando la lucha del cambio climático reduciendo su impacto en la huella de carbono con todos los medios que tiene a su alcance. La descarbonización de la entidad está siendo directa, por ejemplo, reduciendo el consumo energético de todos los centros, y también se está promoviendo la descarbonización de forma indirecta, apoyando el negocio de proximidad, por ejemplo.
Pero, esta situación no es exclusiva de las empresas y/o organismos. Con las pequeñas acciones podemos conseguir grandes resultados y es cosa de todos y todas reducir nuestra propia huella de carbono.
Existe una metodología sencilla que nos orienta sobre todas las acciones que podemos introducir en nuestro día a día para descarbonizarnos, es la regla de las tres “R”:
Reduce, Reutiliza y Recicla.
Reduce: todo aquello que no se utiliza, no contamina. Por lo que, por ejemplo, es mejor (y más sano) usar las escaleras antes que el ascensor. Me he propuesto, comenzar bajando las 11 plantas de la oficina. ¡Espero de aquí a final de año subirlas también!
Reutiliza: todo lo que se pueda volver a utilizar evita la adquisición (creación) de otra cosa. Por ejemplo, el heredar la ropa entre hermanos ha sido una cosa que se ha hecho toda la vida (ya nuestros padres luchaban contra el cambio climático).
Recicla: el cambio de estado de las materias primas o la generación de los productos que consumimos es la parte del proceso que más contamina. Por ello, poder volver a emplear esta materia prima transformada nos ayudará a reducir nuestra huella de carbono.
¿Y en nuestro día a día que más podemos hacer para reducir el consumo de energía que impacta directamente en el cambio climático?
Aprovechar las energías naturales es la mejor opción, el frío o calor de la calle, la luz del Sol y su calor, las corrientes de aire, el agua de lluvia, etc. Ahora en verano abre las ventanas con la “fresca”, ciérralas cuando empiece el calor y mantén una temperatura lineal en la estancia de no menor de 26ºC. Baja los estores o toldos para evitar que se caliente mucho la habitación.
Si no se va a utilizar la estancia, apaga todo (iluminación, climatización, ordenadores, tv, etc.).
Cocina con tapa, descongela en el frigorífico, comienza a utilizar el horno sin precalentar, lavadoras, secadoras, lavavajillas, etcétera, a plena carga.
¡Camina!
Te recomiendo que utilices alguna de las calculadoras de huella de carbono que hay en internet, así verás dónde puedes reducir tu consumo. Únete a la descarbonización global y reduce tu huella de carbono.
Excelente reflexión, sobre todo para este 5 de junio en el día del medio ambiente.
Hay que invertir recursos en la sensibilización y puesta en práctica de las tres R (muchísimas más), pero que para iniciar estas son las iniciales.
Gracias