María Montessori decía que “el niño es la parte más importante de la vida del adulto” y, aprovechando la celebración del Día Internacional de la Educación, quiero hacer un pequeño homenaje a todas las maestras y maestros, educadoras y educadores, personal de limpieza y cocina, etc., de todas las Escuelas Infantiles y Casas de Niños que, durante más de diez años, habéis contribuido cambiar el rumbo del primer ciclo de Educación Infantil y que tenga la visibilidad que se merece.
La educación es y debe seguir siendo el pilar que sustente el progreso de todas las sociedades y de los individuos que las componen. Y es que, la educación no solo nos nutre de conocimientos sino que además dota de valores fundamentales como la empatía, la generosidad, la tolerancia, el compromiso, la honestidad, la gratitud, y un largo etcétera, que nos caracteriza como seres humanos.
En Grupo 5 llevamos años vinculados con la etapa educativa de cero a tres años, una etapa fundamental para el desarrollo mental del niño y de la niña, ya que comprende un período en el que estos se enfrentan a sus primeros contactos comunicativos con el mundo a través de sus sentidos. El niño y la niña experimentan sus primeras sensaciones y se realizan los primeros aprendizajes, se desarrollan y ejercitan destrezas de tipo cognitivas, afectivas, sociales y motrices que aprenderá aplicar en la vida diaria y que empleará el resto de su vida.
Precisamente el lema de este año, “Cambiar el rumbo, transformar la educación” es lo que lograsteis vosotras con la elaboración del proyecto la “Escuela en Blanco”, diseñado para realizar cambios en los diferentes espacios de las escuelas. Sé que esto era un acto revolucionario por lo que implicaba para vuestros/nuestros pequeños, ya que suponía un giro en la metodología de trabajo, basada en la creencia de que los niños y las niñas tienen curiosidades, intereses y capacidades que les permiten construir su propio aprendizaje e interaccionar con todo lo que el ambiente les ofrece.
VOSOTRAS LO HICISTEIS POSIBLE.
Pero también habéis hecho posible que el derecho a la educación de los niños y niñas haya seguido y siga presente estos dificilísimos últimos dos años. De nuevo habéis demostrado la importancia de la labor que desempeñáis.
Sabéis de sobra que hay veces que las miradas lo dicen todo, que no se necesitan palabras, que con estar a su lado es suficiente, ese lenguaje es el más bonito y es el que tenéis el privilegio de vivir día a día. Aunque llegan sin saber hablar, ya os hacen saber lo mucho que os van a necesitar, y se van contándoos que nunca os olvidarán y lo importante que habéis sido en su vida. En cada una de vuestras escuelas y casitas encontraron el calor de una familia que les enseñaron a ponerse los zapatos de la persona que serán de mayor.
GRACIAS por la magnífica labor que hacéis a diario. GRACIAS por todo lo que me habéis enseñado y el bonito camino que hemos recorrido juntas.