¿Cómo hacer un voluntariado en primera persona sin dar a conocer que tienes varios problemas de salud mental?
Esa era la consigna y mi pequeño secreto. Yo podía ser “profesor” o “poeta” según la dinámica de presentación en la que conocí al estupendo grupo de personas jóvenes con sospecha de tener algún problema de salud mental como yo mismo los tengo, pero ellos y ellas dejaron al lado esa sospecha se dividieron las opiniones en torno a mi profesión.
El juego estaba servido: interaccionar con las y los chavales de entre 14-20 años de edad sin que sospecharan nada, haciendo mi labor de voluntariado bien acompañado del equipo profesional de Grupo 5 del Equipo de Apoyo Social Comunitario EASC Arganzuela y de Quedat.com Arganzuela. El secreto lo conseguí guardar hasta mi última sesión de despedida, en la que salí del armario y el grupo reaccionó muy comprensivamente y sin apenas prestarle importancia. Pues, lo que verdaderamente importaba allí, y se transmitió durante todas las sesiones, es que todas los allí presentes éramos personas con derechos y capacidades cuyo fin es ser felices a pesar de la adversidad de los problemas de salud mental y los obstáculos que a veces nos pone el destino en la vida.
De este modo, conocimos y combatimos prejuicios y estigmas sobre salud mental, en una intervención socio comunitaria en 4 o 5 sesiones en las que hicimos dinámicas de grupo de conocimiento, rompimos mitos y tabúes sobre el sufrimiento psicosocial, e incluso hubo debates sobre suicidio y otros temas candentes y de actualidad, todo ello con una intención de contagiar mi positividad y de empoderarles.
La aceptación del proyecto de educación socio comunitaria en torno a los problemas de salud mental fue muy buena, tanto los jóvenes como los profesionales aceptaron y participaron de buena gana en las distintas propuestas: como las mencionadas dinámicas y los debates, el mindfulness, la gestión emocional e inteligencia emocional, la risoterapia, el role playing, la escucha de mi historia, mis experiencias de vida en primera persona, e incluso mis consejos “en positivo” para una mejor calidad de vida.
En definitiva, poder acercarse a los jóvenes de 14-20 años cuando tienes algún problema de salud mental da mucho valor y es una enseñanza para todos, pues así podemos quitar los prejuicios y el estigma en la salud mental y crear sociedad más respetuosas.