La navidad es la época más rara del año, días de mezclas y de contrarios: lo dulce y lo amargo, la alegría y la tristeza, los mayores y los niños, recuerdos pasados y deseos futuros. Pero a pesar de eso, o a lo mejor a causa de eso, son fechas que nos ayudan a encontrar un sentido a nuestra vida y a seguir adelante con ilusión. De entre todas las expectativas que ponemos en estos días, la más importante seguramente sea la necesidad de que nos transmitan una sensación de continuidad, que nos hagan sentir que la vida es más cíclica que lineal, el eterno retorno de Nietzsche. El saber que pase lo que pase en el año, siempre hay una mesa navideña a la que volver en la que nos encontraremos (aunque sea de manera virtual) con las personas que dan fe y sentido a nuestra vida y a las que nosotros también ayudamos a sostener. Y si la navidad de cada año es así, cómo no será la de este 2020 para las personas que hemos tenido la suerte de llegar hasta aquí con salud.

Por eso, porque hoy es 24 de diciembre y empiezan esos 15 días de contradicciones y de expectativas, quiero hacer un pequeño balance de lo que ha sido 2020 para Grupo 5. Un año intenso en novedades, en incertidumbres, en miedos; pero también intenso en emociones positivas, en trabajo bien hecho, en orgullo por el compromiso y el esfuerzo de todos los que formamos parte de la organización para dar continuidad a nuestros servicios y seguir mejorando la calidad de vida de las personas a las que atendemos. Un año que estoy seguro de que nunca olvidaremos, por infinitos motivos, muchos de ellos positivos. Entre otros por ejemplo los siguientes:

 

  • Hemos invertido 7 millones de euros en el desarrollo de nuevos centros (hemos construido y equipado Grupo 5 CIAN Zaragoza y los centros de salud mental de Avenida de América (I y II) y Canillejas y comenzado la construcción del centro de Herrera Oria en Madrid), en la reforma o mejora de otros y en la compra y desarrollo de nuevos sistemas de información que ayudarán a realizar el trabajo a todos.
  • Hemos abierto con muy buen resultado la residencia de salud mental de Canillejas en Madrid, inicialmente enfocada a usuarios privados pero con la intención de concertar con la Administración Pública la mayor parte de sus plazas en un futuro.
  • Ha sido un año muy bueno en licitaciones públicas, incorporado a la organización nuevos centros y servicios en las áreas de salud mental, discapacidad, emergencias sociales y personas sin hogar (CADIG Guadiana en Ciudad Real; CADIG San Clemente en Cuenca; el centro de adultos Hermano Pedro en Tenerife; el Servicio de Integración Social en Barcelona; el Centro de Referencia Estatal de Alzheimer en Salamanca; el Albergue Mejía Lequerica y la Campaña municipal contra el Frío en Madrid; y el Proyecto de integración social en Sevilla).
  • También hemos podido renovar contratos públicos históricos como los tres centros de atención a la infancia o el programa de atención a la infancia del Ayuntamiento de Madrid.
  • Gracias a todo ello nuestra plantilla se ha incrementado en más de 400 nuevos profesionales de manera estable, superando hoy ya los 2.000 en toda España, un 94% con contrato indefinido, con más de un 75% de mujeres y un 3,25% con más de un 33% de discapacidad.
  • A pesar de las dificultades hemos podido dar 64.500 horas de formación a la plantilla, con más de 2.700 personas inscritas a nuestros cursos.
  • Justo antes del estallido de la pandemia reorganizamos nuestra estructura con una reforma profunda, con la creación de nuevos departamentos y la organización de los centros y servicios en gerencias y zonas, lo que nos permitirá afrontar los próximos años con la garantía de poder seguir creciendo con seguridad y mejorando el servicio a los centros existentes.
  • En plena pandemia acabamos de incorporar a la estructura central a las direcciones que nos faltaban por completar (Control de gestión y Desarrollo de negocio).
  • Presentamos en público y se puso a trabajar con una gran intensidad y con unos excelentes resultados la Cátedra Universidad Complutense de Madrid – Grupo 5 Contra el Estigma.
  • Gracias a la experiencia de más de 30 años de trabajo bien hecho, en el inicio de la pandemia varios ayuntamientos de España nos confiaron la creación urgente de dispositivos de emergencia para personas sin hogar (Pabellón Quico Cabrera en Tenerife, Petxina en Valencia, IFEMA y Samaranch en Madrid), en lo que ha sido sin duda uno de los mayores retos logísticos de nuestra historia, con unos resultados inmejorables desde el punto de vista de intervención, satisfacción de usuarios y clientes públicos y de experiencia profesional única para todos los que intervinieron en su montaje y desarrollo.
  • Aunque hemos incurrido en cuantiosos gastos por el Covid en equipos de protección y costes de personal, en general hemos podido seguir trabajando con bastante normalidad si consideramos las grandísimas dificultades que afrontamos; Teams y nuestro departamento de soporte nos han permitido mantenernos conectados, no solo para realizar cientos de reuniones de trabajo, sino también para organizar cafés o aperitivos virtuales, o para organizar jornadas abiertas al público como las de emergencias sociales, daño cerebral o salud mental en los últimos meses; esta continuidad en el trabajo, en el día a día de los centros y servicios probablemente haya sido nuestro mayor logro del año.

A todo ello han ayudado muchísimas personas. El soporte y la apuesta firme incansable de nuestros accionistas por el proyecto; la confianza de nuestros clientes, tanto públicos como privados por nuestros servicios; el esfuerzo de todo el equipo de dirección de la empresa; y sobre todo el compromiso de todos nuestros profesionales, quienes, como hemos reivindicado muchas veces durante el año, van a quedar como los verdaderamente imprescindibles del año.

En la parte menos positiva, además de las desgracias familiares que hayamos podido sufrir por la pandemia, quizás lo que más hayamos perdido en 2020 es una parte de entusiasmo, uno de nuestros cuatro valores fundamentales. Cada vez que nos ponemos la mascarilla, que nos ponemos gel en las manos, que rechazamos entrar en un restaurante o en un espacio cerrado, perdemos parte de nuestra espontaneidad natural frente a la racionalidad de la lucha contra el virus. Y a veces nos sentimos cansados de las rutinas de tantos meses de distanciamiento, telerreuniones en su cara negativa, oficinas semivacías, incertidumbre por la tercera ola o lo que vendrá en el futuro inmediato. Y esto afecta inevitablemente a ese entusiasmo. Por eso, de cara a 2021 no quiero formular muchos promesas o detallar muchos planes. A estas alturas de la pandemia creo que es lo más prudente, aunque solo sea para no convocar a la mala suerte. Solo quiero transmitir a todos un deseo de entusiasmo renovado, aunque parezca difícil. Como decía al principio, la navidad nos recuerda que la vida es cíclica, no lineal, que pase lo que pase la vida sigue y que la continuidad del trabajo de Grupo 5 en la mejora de calidad de vida de personas vulnerables está garantizado. Por lo tanto, salud, entusiasmo y ¡Feliz navidad y feliz año!