«El estigma representa la oscuridad de la ignorancia»

Por Damián Alcolea - Actor, autor de "Tocados" y activista en salud mental
5 diciembre 2019
Yo un chai latte por favor, comenzaba así esta entrevista. Damián Alcolea lleva desde 2007 hablando sobre malestar psíquico, tal y como él dice me gusta más.  Hace 12 años que creó un blog con un nombre falso para hablar de su Trastorno Obsesivo Compulsivo. Una herramienta para expresar su historia: diagnosticado de TOC a los 14 años, homosexual y soportando la poca empatía de algunas personas de su entorno. Hoy en día lo dice bien alto y bien claro. Aceptar supone abrazar quien eres. Pero para aceptar, primero tenemos que querer ver. 

¿Cómo afecta la enfermedad mental emocionalmente a una persona adolescente, como en tu caso?

Me diagnosticaron cuando tenía 13 pero yo ya llevaba años con ello, evidentemente. Pero fue a los 13 cuando pedí ayuda a mi madre y me llevó a la psicóloga de la Seguridad Social y me diagnosticó Trastorno Obsesivo Compulsivo. Yo creo que el TOC, el malestar psíquico en general, cuando eres adolescente afecta en el hecho de que cuando somos adolescentes todos tenemos esta necesidad de pertenecer, de formar parte de algo más grande, de un grupo, de tener amigos… Entonces, yo creo que hay una gran conexión con el estigma.

Yo recuerdo ser adolescente, ir a la psicóloga, y volver de la psicóloga cada jueves, entrar en mi clase tarde -yo tenía la regla de que los jueves podía llegar tarde porque sabían que iba a la psicóloga- y entraba sin decir nada. Me sentaba y punto. Pero yo tenía esta vivencia de ir a la psicóloga, volver a clase y cada vez que volvía me sentía como si estuviera escondiendo una verdad vergonzosa, como si tuviera un estigma muy difícil de llevar.

Yo creo que esto ha cambiado un poco, al menos. Porque antes, para empezar, tenemos que recordar que en esa época no había ni Internet, entonces a la gente le decías Trastorno Obsesivo Compulsivo y no tenía ni idea de lo que estabas hablando.

Cuando eres adolescente hay un tema en la autoestima muy delicado; estás construyendo tu identidad, no tienes una autoestima fuerte, con el tema corporal y no corporal… Yo por ejemplo, tengo TOC y con 14 años recibí un diagnóstico de enfermedad mental, al mismo tiempo soy homosexual, todavía no lo sabía pero intuía que no era como los demás chicos, sufrí acoso escolar… Todo influye…

¿En qué momento dices “hasta aquí” y decides contar públicamente que tienes una enfermedad mental y hablar sobre ello?

En 2007 creé mi blog que se llamaba “Diario de un TOC” y ahí empecé a compartir cosas de manera anónima.

Cuando yo creé este blog, no encontraba blogs que hablaran de este tema en español, ni en España ni en Latinoamérica. Así que, que yo sepa era uno de los primeros que trató el tema del TOC en primera persona. Entonces empecé a hablar de ello porque consideraba que era importante. Y me di cuenta de que realmente lo más importante a la hora de romper el estigma era hablarlo y empezar en tu círculo más cercano. Hubo entonces un momento en el que decidí hablarlo con libertad en mi círculo familiar para que dejara de ser un estigma; hablarlo con libertad en mi círculo de amigos para que dejara de ser un estigma; hablarlo con libertad en mi círculo del trabajo para que dejara de ser un estigma…

Por ejemplo, desde hace muchos años cuando doy clase yo lo digo: “Me dedico a temas de comunicación entorno a la salud mental en primera persona porque yo padezco, vivo con Trastorno obsesivo compulsivo”. Y muchas veces se ha dado el caso de que termine una clase y se quede una persona y me diga “yo también lo tengo” o “mi pareja también lo tiene”, pero no se atreven a decirlo. Normalmente me lo dicen en privado. Normalmente.

Más o menos en 2010-2011 empecé a abrirme y a ser consciente de que quería romper el estigma en mis círculos más cercanos. Luego paralelamente estaba escribiendo mi libro. Y por fin en mi propio blog dije “mi nombre no es Adrián Díaz”, que era el seudónimo que usaba y que a la vez era el protagonista de mi novela. Entonces grabé un vídeo y dije “mi nombre real es Damián Alcolea…”. Y luego en 2014 di la charla TED, en la que ya hablé abiertamente sobre ello y a partir de entonces no he parado.

¿Consideras que el estigma de tu orientación sexual ha podido empeorar o influir negativamente en tu enfermedad mental?

A ver yo pienso que no te afecta la cosa, sino la historia que tú haces de la cosa. Yo no tengo ningún problema en ser homosexual, ni nunca lo he tenido. Pero a veces la gente que está a tu alrededor sí que tiene un problema con que seas homosexual y claro, esto te afecta.

Llega un momento en el que ves que ciertas personas de tu entorno a las que quieres tienen un problema con tu orientación sexual. Evidentemente, eso te afecta al nivel de estado de ánimo, y sí, de salud mental. Yo por ejemplo también vivo con distimia, que es como si fuera un trastorno depresivo más suave pero prolongando en el tiempo. Entonces bueno, hay a veces que ciertas experiencias me sumen profundo… Evidentemente no son las experiencias sino la historia que yo hago de ellas. En eso estoy, estoy trabajando mucho en mí, a nivel personal…

¿La orientación sexual me ha influido en mi salud mental? Yo no diría la orientación sexual, pero sí el impacto que mi orientación sexual ha tenido en mi entorno que en general lo aceptó muy bien, pero hubo personas importantes para mí que al principio no lo aceptaron. Bueno, durante años. Y eso es muy duro. Ahora estoy muy agradecido y contento. Ahora mismo con mi edad, no es que no le dé importancia, pero lo llevo de otra manera. Cuando tienes 20 años es diferente. Te importa mucho, te importa lo que los demás piensen de ti en general, que tu familia te acepte tal y como eres. En fin.

Afirmas que existe el estigma, ¿Cómo te ha afectado a ti o cómo se te ha presentado a lo largo de tu vida?

El estigma representa para mí la oscuridad de la ignorancia.

Cuando hablo de estas historias o anécdotas son cosas desagradables que no me gusta recordar porque pienso que el estigma es ignorancia. De no entender que una enfermedad mental es tan importante como una enfermedad física, que el hecho de no ver esas heridas, no significan que no estén.

Creo que cuando las personas se expresan contigo desde el estigma, en la mayoría de los casos no es por maldad. Yo llevo una bandera mental de defender la lucha contra el estigma, la diversidad. Entonces cuando hay algún episodio contra el estigma no hago drama, intento hacer lo que haya que hacer para levantarme contra eso desde la conciencia que tengo. Cada vez me pasa menos porque creo que cuando estás en ese lugar reconoces cuando la gente o simplemente es ignorante, o no sabe… No les culpo. Simplemente pienso que mi trabajo es comunicar y enseñar para que este estigma desaparezca de su cabeza.

A mí me han pasado cosas de que no entiendan ciertas necesidades que yo tenga en el trabajo. Y es una historia que he contado muchas veces y que no tiene ya más importancia y ya está más que perdonada, pero fui a un trabajo con una compañía de teatro a actuar al extranjero, a México. ¿Esta falta de empatía, porque no entienden que a lo mejor eres diferente o tienes unas necesidades diferentes? Entonces había compromisos sociales: cenar en nosédonde, salir anosédónde

Y yo estaba en un época… Yo estaba en el extranjero con un nivel de ansiedad muy alto. Y al estar en el extranjero no podíamos volver de manera independiente, había que trasladarse siempre en grupo. Fuimos al primer compromiso social y me dio el primer ataque de ansiedad. Así que yo le expliqué a la compañía lo que me pasaba “me pasa esto, ahora mismo mentalmente no estoy para relacionarme de esta manera, yo estoy aquí para actuar, creo que mi trabajo lo estoy haciendo bien y con ganas, pero después de actuar necesito descansar y que mi mente descanse”. No lo entendieron. En ese momento.

Luego di la charla TED, es curioso como funciona la mente humana. Cuando yo lo expliqué no lo entendieron y durante esa época en México, sentí, no te digo que sea la realidad, pero yo sentí que me dieron de lado. Creían que era como una excentricidad. Y cuando poco después di mi charla TED que se viralizó por las redes, entonces esta compañía me mandó un mensaje que decía que cómo me admiraban por lo que había hecho y decían “como nos gustaría haber sabido que te pasaba esto”. Y yo les contesté “lo sabíais, porque os lo conté”. Otra cosa es no ser consciente de. Pero ya está. Disculpas y perdonados.

Este estigma lo he vivido mucho en el trabajo. No en el sentido de que no me contraten por tener un TOC, sino de no entender las necesidades porque creen que son excentricidades. No es que lo te digan, pero por la manera en la que se comportan tú puedes ver que lo sienten, ¿no?  Lo entienden como entre un capricho y excentricidad. Esto lo he sentido muchas veces.

¿Cuál es el compromiso social que tiene la ciudadanía para acabar con el estigma?

Yo creo que el compromiso es mirar a los ojos a la gente y escuchar de verdad. Escuchar de verdad. Porque si tú escuchas – de verdad – sabes cuáles son las necesidades de la persona que tienes delante.

Yo por ejemplo este año estoy dando un curso de oratoria donde todos son alumnos diferentes, y yo tengo que escuchar cuáles son las necesidades de cada alumno dentro de la diversidad. Pero dentro de esta diversidad hay alguien todavía más singular porque tiene síndrome de Down, y digamos que esto la hace un poco más singular. Entonces es mi obligación no como profesor, sino como ciudadano, pararme a mirarla y escucharla “¿Cuál es tu necesidad”? El otro día después de clase hablaba con ella por si necesita algo por mi parte, dímelo sin problema, porque no conozco sus necesidades: si por ejemplo imagínate, hago un ruido muy fuerte y le molestan los ruidos fuertes, no sé. Tenemos la obligación de parar, de mirar, de escuchar…

No es nada mágico. El problema es que hoy en día, y digo hoy en día, porque estamos perdiendo el arte de escuchar a la gente. Antes la gente se escuchaba más, había más estigma, pero se escuchaba más… Antes no había conocimiento, pero teníamos la capacidad social de escucharnos. Párate delante de la gente y mira a los ojos.

Y da igual la etiqueta que le pongamos, el diagnóstico que le pongamos. Al final es una persona que tiene sus necesidades y ya está. Al igual que tú tienes las tuyas. Para que deje de haber estigma habría que entender que una persona no es su diagnóstico.

El año pasado di una charla en el Congreso de los Diputados, delante de la reina, y fue una experiencia muy potente para mí. La gente estaba emocionada y yo también. Luego cuando llegué a mi casa y empecé a leer titulares había uno que ponía “El enfermo mental que hace llorar a la reina”, entonces te quedas como… “esta persona no me estaba escuchando en realidad”. Quiero decir, ¿no he hablado con la suficiente claridad?

¿Cómo sentiste ese discurso?

Fue muy especial y me sentí muy bien. Recuerdo que se me acercó Patxi López y me dijo algo así como “en esta casa nunca he vivido algo como esto”. Y luego se acercó gente de todos los partidos, del PP, PSOE, Ciudadanos, Podemos…

Acabar llorando y girarme y ver que la Reina estaba llorando. Y que la reina dijera no tengo palabras, después de lo que ha dicho Damián no hay nada más que decir. Y recuerdo que ella improvisó y uso términos que yo había dicho en mi charla.

Tuve la sensación de que me había escuchado. Da igual el cargo, el título, era una persona que me había escuchado. A veces he dado charlas con políticos y rara vez me llevo la sensación de que realmente me han escuchado. Y ese día pensé, bueno, es la reina, seas monárquico o no, representa una institución muy importante en nuestro país y me ha escuchado de verdad.  Y por como miraba a la gente a los ojos y la veía llorar, sabía que me habían escuchado.

Al final vamos plantando semillas y espero que esa semilla germine hasta encontrar más pronto que tarde una Ley Nacional de Salud Mental íntegra.

¿Qué les dirías a los políticos?

Ha habido algún grupo político que estuvo trabajando durante meses por crear una Ley Nacional de Salud Mental y estuvieron trabajando con colectivos y personas. Hicieron un grupo de Telegram, presentaron un borrador… Y sentías que te daban dando voz y voto.

Luego hicieron un acto precioso que dio voz a profesionales de la salud mental y a los pacientes. Hubo testimonios de mujeres abusadas en el sistema psiquiátrico, incluso que han sufrido violaciones. A nivel estatal hace fatal una ley de salud mental y que sea trasversal porque hay colectivos que son más vulnerables: una mujer a un hombre; un mayor a un joven; una persona sin hogar a alguien con hogar… Y esto hay que tenerlo en cuenta. Yo he oído historias reales escalofriantes, mujeres que han sido violadas y que su propio violador le ha dicho “da igual lo que digas nadie te va a creer porque para la sociedad estás loca”.

Hace falta proteger más, implementar, reforzar el sistema nacional de salud público con muchos más psicólogos. Es vergonzoso estar en una crisis, ir a un psicólogo de la Seguridad Social y que te dé cita para dentro de 3 meses. Somos uno de los países de la UE con menos psicólogos per cápita.

Y también hay que cambiar el sistema psiquiátrico. Se renovó en su momento cuando se sacó a la gente de los manicomios y se hicieron los hospitales psiquiátricos, pero ya no ha cambiado más y es un sistema psiquiátrico que da miedo. Esto dicho por enfermeros en este acto en el que estuve ese día dijo uno “lo primero que nos enseñan hoy en día es a atar a la gente con correas”. Se debe prohibir la contención mecánica. Es una práctica que está prohibida por la OMS y se debe prohibir, no hay otra. Hay que encontrar otra manera de contener, de equilibrar a la gente, no con violencia ni contención mecánica. Y ha habido historias espeluznantes, como el caso de Andreas, es espeluznante. 72 horas atada… ¿En qué cabeza cabe?

O el caso de Aitor, que llamaron al 112 y les decían “su hijo respira perfectamente” y dijo algo así como más que algo físico parece que está tocado. Es como que se desacredita a las personas que tenemos enfermedad mental.

Y yo le digo a mis amigos, ¿qué pasaría si soy yo fuese esa persona que está al otro lado del teléfono pidiendo una ambulancia? ¿Porque tenga enfermedad mental van a decir que estoy delirando? ¿Que no merezco la ayuda? Es muy fuerte.

¿Y el arte? ¿Cómo ayuda a la salud mental, a las barreras, al estigma?

Uff… El arte tiene una misión… Alain de Botton habla de la función del arte. Y una de las funciones que dice y que yo subrayo es que es el altavoz de lo que es importante. Para mí el arte es capaz de hacer visible lo invisible y en ese sentido ejerce una vocación de conciencia social.

Por ejemplo, la problemática con las personas sin hogar. Nadie lo quiere ver. Yo creo que por no imaginarse que ellos pueden estar en esa situación. Lo que permite el arte, al hacer una obra de teatro, una película o una instalación artística sobre personas sin hogar, es una forma de decirle a la gente “eso que está ahí, y que todo el rato tratas de evitar e ignorar” el arte tiene la habilidad de ponértelo enfrente, y de emocionarte de tal modo que no puedes mirar a otro lado. Tiene la capacidad de ponerte las realidades frente a ti. El arte genera empatía. Y la empatía es el deseo de entender al otro. Por eso el arte es tan importante. Porque también siembra esa semilla.

Una de las lecciones más importantes que has aprendido es…

Que soy suficiente. Gran parte del sufrimiento que vivimos en general es porque pensamos que no somos suficiente. Vivimos con la convicción de que tenemos que estar más delgado, o fuertes, o que no somos lo suficientemente guapos, o listas, o si aplicas en un trabajo no estás lo suficientemente preparado… Nunca eres suficiente.

Evidentemente esto viene del capitalismo, de la necesidad de adquirir algo, o algo que aprender. Y para mí es muy importante aprender que sí soy suficiente. Y esto me da dado mucha paz.

Cuando doy clases de teatro y comunicación lo que trato de transmitir a la gente es que son suficientes, que yo no voy a añadir nada que les haga más perfectos de lo que ya son. Para mí dar clase es una escuela muy grande de humanidad, acerca del ser humano y de mí mismo y de cómo gestiono mi mundo emocional. E intento educar en que ya son suficientes, que no tienen que parecerse a nadie y que hay que derribar esas barreras que no nos permiten comunicarnos con los demás de manera efectiva.

Con eso que de no somos suficientes hemos creado miedos, traumas… Yo intento crear un lugar seguro y libre en el que mis compañeros se sientan seguros y libres para expresarse desde sí mismos, no para hacerlo desde lo que está establecido como correcto o aceptado socialmente. Una de las lecciones es esa.

En mi libro uno de los mantras que repito es “soy suficiente, soy valioso soy perfecto tal y como soy” y me lo repito continuamente. Dentro de mi imperfección soy perfecto, ¿no? (sonríe).

2 Replies to “«El estigma representa la oscuridad de la ignorancia»”

  1. Jesús dice:

    Pedazo de entrevista. Te quiero. Tu primo hermano

  2. Es increíble como te sensibilizas con la vida de una persona que no conoces y puede ser q nunca llegues a conocer,estoy en primer año de psicología y me encantaron sus palabras ,al relacionarlas con las situaciones q pasó en su vida pasada. Increíble artículo

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