Deporte y capacidad: Mentatlón Bilbao 2019

Por Adrián del Pino - Futbolista de la selección Ligasame Madrid
19 diciembre 2019
El deporte lo cambia todo. Puede cambiar la vida en cualquier momento. Hay grandes deportistas que nos lo han enseñado, pero yo lo sé por experiencia.

Cuando tenía 18 años empecé a sentirme mal en el instituto: pensaba todo el tiempo que en clase me miraban y eso me provocaba mucha angustia. Llegué hasta el punto de no salir de casa. Estuve así unos 3 o 4 años. La doctora del centro de salud mental donde acudía me comentó la posibilidad de ver a un equipo de apoyo y acepté. A partir de entonces empecé a salir más gracias a las actividades deportivas. Comencé a participar en Sportsame, una liga de fútbol y baloncesto para personas con enfermedad mental. De ahí fui seleccionado en 2018 y 2019 para formar parte de la delegación de Madrid en el Mentatlón que tiene lugar cada año en Bilbao.

Y así comenzó esta aventura. El martes 17 de septiembre nos reunimos en Avenida de América los dos educadores del Equipo de Apoyo Social Comunitario (EASC) y los diez participantes de Madrid. Había gente que conocía, y otra no tanto, solo de vista por haber coincidido en los entrenamientos en el polideportivo de Canal, por eso estaba un poco nervioso, pero emocionado al mismo tiempo por este acontecimiento. Fue muy gratificante reencontrarme con compañeros de otros años, tanto que, además de presentarnos aquellas personas que no nos conocíamos, nos hicimos una foto todos juntos para el recuerdo.

Llegamos a Bilbao con un calor impropio para esa época y lugar. Allí nos esperaba un miembro de la organización, cogimos las maletas y fuimos para el metro dirección al hostal BBK Good Hostel, el cual yo ya conocía del Mentatlón 2018, hecho que hizo sentirme más cómodo (aún). Este mismo día se realizó el acto institucional en el emblemático Ayuntamiento de Bilbao, un edificio que te sorprende por fuera pero más por dentro.

Y llegó el día 18: comenzaba la competición. Los días 18 y 19 pasaron volando entre partido y partido y nervios por clasificarnos para la final. Y así fue. Pasamos a semifinales contra el Valencia, un partido complicado que se juntó con el cansancio que tenía de la noche anterior debido a algún ronquido fuerte que no me permitió dormir. Pero todo esfuerzo tiene su recompensa… Llegamos a la final del torneo contra Asturias. Arrastrábamos esta fatiga e inquietud que se reflejaron en una primera parte perdiendo 2-0 pero que remontamos en una segunda con un 6-3, ganando así el Mentatlón 2019. Asimismo, dos compañeros de Madrid, tuvieron medalla de oro en tenis de mesa y natación.

Por la noche entregaban los premios en el auditorio del Hotel Gran Bilbao. Un acto muy especial en el que nos reuníamos personas de todas las comunidades autónomas, profesionales del mundo del deporte y representantes institucionales. A los campeones nos dieron una txapela que guardo en mi habitación. Y para finalizar la jornada un compañero dio un discurso sobre el campeonato de Mentatlón y la importancia del deporte para la salud mental.

Además, durante estos días pudimos disfrutar de la cultura bilbaína, yendo al frontón de Bizkaia para poder ver la tan característica pelota vasca, donde pudimos bajar a la grada, cogimos y comprobamos el peso de las pelotas vascas y más de uno nos animamos a jugar un poco, nos compramos unas Carolinas (postres típicos de la zona), nos fuimos de ruta de pintxos, e hicimos una visita al casco viejo de Bilbao. Esto, junto a unas buenas conversaciones entre compañeros, fue la conjugación perfecta que me hizo sentir tan bien estos días.

Esta aventura que he vivido dos veces me ha servido para ser más autónomo y para hacer cosas solo que nunca había hecho antes. Hasta entonces estaba acostumbrado a viajar con mi familia, con quien me sentía protegido y resguardado. Y jamás pensé que podría hacer tantas cosas como hago ahora, como relacionarme con otras personas y hacer deporte con ellas. Estuve un tiempo muy mal pero ahora todo lo contrario, y doy las gracias a todas las personas que me han ayudado para poder estar aquí, vivirlas y que me siguen ayudando a progresar aún más. Espero que este testimonio sirva a otras personas que se estén pensando en asistir a un equipo de apoyo o a este torneo. Les diría: “de verdad no os vais a arrepentir, vais a vivir cosas muy bonitas”.

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