Nos acercamos a un edificio en el centro de Almendralejo con amplias ventanas que dejan entrar la luz del sol y un olor a café propio de la vida diaria. Un olor que se relaciona con esa autonomía de vivir en un hogar propio. Y esa autonomía es precisamente la que buscan, impulsan y desarrollan los pisos supervisados de Grupo 5 Almendralejo. Estos pisos no son solo un lugar para vivir, sino una oportunidad para reconstruir vidas y recuperar la independencia.
Paqui Majuelo era uno de estos ejemplos. Hace poco más de un año Paqui contaba en ElDiario.es cómo estos pisos le habían devuelto a esa vida normalizada que ella tanto ambicionaba. Paqui trabajaba como pinche de cocina, y como cualquier persona, se levantaba, se tomaba su medicación, se iba a trabajar, invertía su tiempo libre en las actividades que más le gustaban y volvía a su casa a descansar y disfrutar de su propio espacio.
Con el apoyo del equipo profesional que se “esconde” detrás de estos pisos, Paqui y todos los residentes, consiguen que su progreso sea supervisado; o mejor dicho, acompañado.
Los pisos Grupo 5 Almendralejo son pisos que no dependen de ninguna residencia, donde los perfiles de las personas usuarias están marcados por un nivel alto de autonomía y con el objetivo claro de la rehabilitación y el empleo. Estos son pisos que se alejan cada más de la institucionalización. Aquí las personas tienen la libertad de organizar su día a día pero con el respaldo de un equipo profesional completamente disponible a sus demandas de apoyo y orientación.
Estos pisos fomentan la integración social y rehabilitadora y tienen un compromiso constante con la autonomía y las actividades del día a día como cocinar, administrar el dinero o mantener su hogar en unas condiciones adecuadas al mismo tiempo que trabajan su salud mental mediante terapias individuales y grupales.
Y esto es el factor clave de estos pisos: el equilibrio perfecto entre la independencia y el apoyo.
Cada residente cuenta con un plan individual personalizado y metas a corto y largo plazo, y los 12 profesionales (monitores, educadores y psicólogos) establecen un acompañamiento para que estas personas sigan este camino marcado. Este permite una transición gradual hacia la vida plena y autónoma que no se basa solo en la salud mental, sino en recuperar la confianza en las capacidades de uno y una misma.
Esta confianza se traduce en lo que solemos llamar “vida normalizada”, ya que se reducen el autoestigma y estigma de la sociedad hacia las personas con enfermedad mental, al demostrar una actividad positiva en y con la comunidad.
Estos pisos se desarrollan gracias a un equipo profesional técnico de Grupo 5 con más de 30 años de experiencia en salud mental y trastorno mental grave y a los fondos europeos (FSE), ambos claves en la expansión y mejora de los pisos supervisados. Gracias a estos, más personas pueden acceder a este programa y recibir el apoyo que necesitan hacia la autonomía.
Historias como la que nos contaba Paqui se conocen cada día en estos pisos supervisados Grupo 5 Almendralejo, donde la salud mental deja de ser un desafío y se convierte en una parte más del camino hacia un futuro independiente.
Que recursos tan necesarios…y que perspectiva de independencia…alentadora. Muestra una manera de ver las cosas…a mi parecer fundamental, pues es un enfoque a cuidar la vida, como todo ser humano necesitamos.
Son recursos que se deben contemplar desde lo público para que todo el que lo necesite tenga acceso a ello. Muy muy necesarios…
gracias…
Necesariecisimo el recurso y la manera de mirar la realidad de estas personas con Trastorno mental grave. Muchas gracias. En Osuna sevilla, vendria gebial un recurso asi. ¿Como podrriamos solicitarlo?