Escuela de talentos

Por Claudia Ruiz Zuluaga - Psicóloga Interna Residente - 1 del Hospital Universitario Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares)
25 febrero 2021

Como profesional especialista en Salud Mental no concibo forma alguna de dedicarme a esto sino con la asunción y defensa de que los derechos humanos fundamentales son para todos y todas, y en ellos se incluyen el respeto y el derecho a tener una vida digna independientemente de tener un diagnóstico o una condición no-normativa que nos haga diferentes; en definitiva, una obviedad para casi cualquier mortal.

Sin embargo, las personas que cuentan con un diagnóstico de salud mental en su mochila, asiduamente, sufren algún tipo de discriminación en diferentes áreas. Esto conlleva una limitación y supresión de oportunidades en esferas sociales y personales tan importantes como el acceso al empleo, a la educación, o a la gestión de su economía. Incluso la autonomía en la toma de decisiones frente a su propio sufrimiento, también se ve amurallada… Me hace reflexionar.

Si nos centramos en la sociedad, hablemos del privilegio que supone no estar loco – no ser tachado de loco -. Supongo que todos hemos escuchado comentarios estereotipados pertenecientes al imaginario colectivo, que implícita y explícitamente anulan y niegan las capacidades de las personas institucionalizadas. Tengo dudas de si surgen desde la ignorancia o desde el miedo, quizá desde las dos. En suma, desde un intento de diferenciación y distanciamiento de lo que nos cuesta entender y de lo que irremediablemente, no queremos padecer. El grupo al que no queremos pertenecer.

J.Lacan (Psiquiatra y psicoanalista 1901-1981) dijo: “La primera virtud del conocimiento es la capacidad de enfrentarse a lo que no es evidente”. Entonces recuerdo que la forma en que uno piensa normalmente está fusionada con lo que uno hace, con la forma que tiene de relacionarse y acercarse a los demás; Al fin y al cabo “todo es relación”. Diversos estudios han corroborado que las creencias y expectativas que tenemos sobre el otro tienen gran impacto sobre él, especialmente si son importantes para nosotros.

Lo que vemos, lo que no vemos, lo que no queremos ver, también revela una pequeña parte de quienes somos. Si sólo podemos ver aquello que somos capaces de pensar… ¿hacia dónde miramos? Entonces me pregunto:

Si todas las ideas son valoradas y tenidas en cuenta;
Si todas las voces son escuchadas y valen lo mismo;
Si el talento y la destreza son dependientes de la validación ajena;
¿Por qué se asume que hay gente que no puede?
Ante la ceguera y el silencio estructural, ¿cuál es nuestro lugar?

Escribo este artículo con el propósito de crear un espacio para tomar conciencia del papel que jugamos ante las potenciales capacidades de las personas atendidas en los sistemas sanitarios y de rehabilitación psicosocial. Observar requiere una actitud mental activa y entrenable. No hay mayor secreto. Quizás la llave para captar las competencias de las personas con un diagnóstico o una discapacidad sea aprender a mirar donde ellos no lo han hecho. Quizás es importante involucrarnos en visibilizar y reconocer los logros de cada uno sin juzgar sin son grandes o pequeños.

Personalmente me gusta estar atenta a todo. Si bien evito caer en el optimismo estúpido que defiende por bandera que quien quiere puede, no limito mi imaginación ni las expectativas positivas que tengo sobre las personas con las que establezco una relación terapéutica. Intento desprenderme del paternalismo ante la vulnerabilidad de éstas y fomentar su autonomía teniendo en cuenta la idiosincrasia de cada proceso. Me gusta esforzarme en percibir y visibilizar lo que está en mis manos, para potenciar lo que ya existe y ayudar a desarrollar lo que aún no está.

“El ser humano no necesita una existencia tranquila, sino un desafío por el que desplegar sus capacidades y luchar”
…quien no lo haya encontrado, esa será su próxima misión. – Ikigai. Los secretos de Japón para una vida larga y feliz (2016)

Hoy ponemos nombre y cara a una de las usuarias que nos ha inspirado en el proyecto Capacidades 2021 que será desarrollado en el Centro de Día y Centro de Rehabilitación Laboral Espartales Sur durante este año en el que se celebra el décimo aniversario de la apertura de estos recursos… ¡por muchos talentos más!

Ese talento, esa capacidad, es la de Mª del Carmen Abellán, usuaria del Centro de día Espartales Sur, que acude semanalmente a la librería Nothing Hill de Alcalá de Henares. En la librería tienen un grupo de escritura y junto con otras personas han publicado un libro de poemas, que compartimos.

Lee el talento de Mª Carmen:

Poemario Semper Verbum. Mª del Carmen Abellán

4 Replies to “Escuela de talentos”

  1. Jesús Maria dice:

    Una maravilla, un talento, de matrícula de honor.

  2. Carlos dice:

    Muchas gracias Claudia por recordar algo que debemos tener siempre presente todas las personas, aunque si cabe, más aún las que trabajamos en esto del sufrimiento psíquico. Si nosotros perdemos la esperanza en que se puede cambiar, que la recuperación es posible, si miramos con ojos de derrota y resignación estaremos perpetuando estigmatismos y el efecto pigmalion. Gran artículo y trabajo realizado por las compañeras de Alcalá.

  3. Natalia dice:

    Cuándo se aúnan profesionalidad y calidad humana el resultado es el de artículos como el de Claudia, en el que pone de manifiesto de manera clara y contundente la importancia de no discriminar a los seres humanos por su condición intelectual.

  4. Pilar dice:

    Muchas gracias por la excelente labor que hacéis. Creo que informar y formar a la sociedad en este tipo de limitaciones es una tarea imprescindible para eliminar tabúes y barreras a su desarrollo e integración plenas.

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