Hace apenas un mes celebramos desde la cátedra Contra el Estigma la jornada «El estigma en tiempos de pandemia», dentro de los cursos de verano de El Escorial. A lo largo de esa mañana hubo varias ideas interesantes por parte de todos los ponentes, pero quizás una viene hoy al caso: la necesidad de referentes públicos que luchen contra el estigma.
Pues desde ayer, ese referente público tiene nombre propio: Simone Biles. La gimnasta estadounidense que anteriormente ya se reveló contra Nike o la federación de su país abanderando la lucha contra el racismo, contra el abuso infantil o en favor de la igualdad, ahora pone voz a la salud mental en un momento clave para derribar muchos muros. El momento clave es durante el desarrollo de unos Juegos Olímpicos cuando el mundo entero apostaba por el número de medallas que iba a lograr y elogiaba su fortaleza.
“Cuando entro en el tapiz somos mi cabeza y yo. Trato con los demonios que hay en mi cabeza. Después de la actuación que hice, no quería seguir. Tengo que centrarme en mi salud mental. Creo que la salud mental está más presente en el deporte ahora mismo. Tenemos que proteger nuestra mente y nuestro cuerpo y no limitarnos a hacer lo que el mundo quiere que hagamos». Con estas declaraciones Biles se retiraba de los Juegos Olímpicos de Japón cuando el imaginario sobre la deportista era «todo lo puede».
Y es que la salud mental es clave para el deporte y para la vida. Los diarios, las radios, las televisiones y las redes sociales se llenan desde ayer de mensajes de apoyo a la deportista y la necesidad de tener más apoyos a esta parte de la salud invisible, que si no se habla de ella se hace incomprensible y el ritmo de la sociedad critica y penaliza sus síntomas.
De todos esos artículos, quiero destacar el que publicaba hace unas horas el diario El País que recorre algunos de esos referentes del deporte que también han dicho basta y han parado. Porque parar, es salud, y como dice Abrines, el baloncestista español: «El cerebro es un músculo y cuando está enfermo debe ser tratado”.
A partir de aquí, en el curso de verano de la cátedra de la Universidad Complutense de Madrid y Grupo 5 se dejó claro: inversión. Por un lado para que la salud mental tenga el trato adecuado dentro del sistema sanitario y social, y por otro en educación y sensibilización, para que cambiar la mirada hacia las personas con problemas de salud mental sea una realidad.
Gracias Ana por compartir este momento…lo que hizo Simones es de valientes….yo he escuchado muchas criticas contra ella…para mi en ese momento SIMONES BILES ganaba su mejor medalla… medalla de oro a su valentía y a su humanidad…
Gran artículo Ana. comparto alguna reflexión.
Simon Biles (Gimnasia), no ha sido la primera, pero sí la que lo ha hecho cuando todo el mundo tenía los ojos puestos en ella, cuando su valentía tenía el mayor de los impactos mediáticos. Otros como Abrines, Ricki Rubio, Kevin Love (baloncesto), Tom Dumolin y Marc Cavendish (ciclismo), y Naomi Osaka (tenis) lo habían hecho antes, pero se había quedado en lo anecdótico, en una nota al pie de página o para rellenar contenidos cuando los medios no tenían otras noticias.
El estigma hacia los problemas de salud mental se combate desde todos los contextos posibles. Los muy visibles, como Biles y compañía, y los menos visibles pero más continuados en el tiempo, como el trabajo que se hace desde la «Cátedra Contra el estigma» con jornadas como https://www.contraelestigma.com/celebracion-curso-el-escorial/
Para que la salud mental esté presente en el debate público, solo ha hecho falta una pandemia y la valentía de personas muy relevantes en nuestra sociedad. Ahora toca aprovechar el momento.
Muchas gracias Ana