Exposición Derecho de Vozs
iFIS – Casa del Lector. Paseo de la Chopera, 10. Madrid.
Del 5 de diciembre hasta finales de enero.
¿Por qué si los índices de violencia sexual contra las mujeres en el contexto del conflicto, entre los años 2.000 y 2.010, es cinco veces más alto que los de la desaparición forzada, cincuenta veces más alto que los de las víctimas de minas antipersona entre los años 1.990 y 2.012, diez veces más alto que las cifras sobre el secuestro en los últimos diez años, es, no obstante, el crimen menos visible, el menos discutido, el menos aceptado por los actores armados?
16 mujeres, 16 historias de violencia sexual en el conflicto colombiano que supera los 50 años. Rastros de violencia, rastros de superación, de fuerza, de historia de derechos y de belleza. Así es como Ricardo Pinzón Hidalgo, director de fotografía de la revista Squire Magazine Colombia, nos muestra a través de estos retratos en blanco y negro de mujeres (cisgénero y transgénero) la libertad actual y futura de estas antiguas víctimas que hoy presentan sonrisas que rompen fronteras y nos hacen reflexionar.
El conflicto colombiano interno ha dejado consigo la necesidad de velar por los derechos de las víctimas de este; luchar contra la impunidad y proteger a la población más vulnerable para que sus derechos, la justicia y la reparación integral no sea sólo pensamiento de algunos.
Los encargados de esta garantía de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, son los expertos de la Fundación Círculo de Estudios Culturales y Políticos, una organización no gubernamental que se forma como acompañante de la construcción en los procesos orientados a la reivindicación de los derechos. Asimismo, brindan la protección de aquellas comunidades que resultan más vulnerables como las mujeres, niños, personas mayores, personas con discapacidad, personas LGBTI, afrocolombianos o indígenas, asegurándose de incluir a todas las víctimas en la reparación integral. Esta exposición que comparte espacio en Casa del lector, es el resultado de la implicación y el compromiso contra la violencia que Grupo 5 lleva desarrollando y madurando a lo largo de su trayectoria. Esta es la causa de que hayamos aproximado a estas personas a nuestro espacio y que podamos disfrutar de su diálogo hasta finales de enero.
El silencio, el miedo, el desinterés, la cultura, la invisibilización, la negación… son algunas de las formas de actuación que este tipo de violencia ha arrastrado consigo a lo largo de la historia. La sociedad actual ha dejado de sorprenderse por la violencia -tanto leída como en imágenes-, convirtiéndose (casi y no tan casi) en un hecho normalizado en nuestro día a día. Por lo tanto, no es una cuestión de ver; sino de escuchar.
Ese silencio se ha convertido en grito. Ese miedo en valentía, en afirmación, en coraje y en valor. Y precisamente esas voces, se han convertido en las voces representantes de la comunidad. El Derecho de Voz(s) es el espejo de unas mujeres (LGBTI) víctimas de violencia que dejan atrás esa condición para mostrarse al mundo como mujeres serenas, felices, empoderadas. Una mirada que nos atrae y que habla por sí sola y a la vez, mira a un futuro sin rencor y con ganas… Unas mujeres orgullosas, que ríen y se alejan del mundo terrible que les ha tocado vivir. Un cambio. Una apuesta por los derechos de las mujeres víctimas de violencia sexual en el conflicto armado colombiano, sin olvidar a todas aquellas que han sufrido este tipo de violencia. Un retrato no revictimizante de 1400 mujeres víctimas. Un camino de acompañamiento y formación para la protección emocional, el ejercicio de la libertad de expresión, y el conocimiento de los derechos.
Todas las fotografías van acompañadas de reseñas elaboradas por las víctimas en las que hablan de su vida tras esa condena y de su experiencia en la recuperación emocional.
El Derecho de Voz(s) es por sí misma, una reflexión para todos los ciudadanos del mundo a convertirse en doctores de la sociedad: curar las injusticias, ser conscientes de la violencia y buscar el antídoto para esta, velar por los otros y hacer de ese dolor de algunos, las voces que darán la bienvenida al cambio y a la paz con apariencia de derechos y silenciando la violencia.