Gracia y Jose son educadores sociales del Centro de Servicios Sociales de la calle Javier de Miguel, en pleno centro del distrito de Puente de Vallecas. Su labor se encamina a mejorar la situación de las familias que asisten al centro y que requieren de su apoyo profesional, en un momento que debido al contexto socioeconómico en el que estamos, este trabajo cobra más sentido que nunca.
Jose Miguel Pardo es apasionado y nervioso, no para de hacer cosas, le preocupa «cómo está montada la sociedad» y le encanta su trabajo. Comparte con Gracia Giménez la hiperactividad. Los dos son un volcán que descargan la lava haciendo su trabajo lo mejor posible y para que revierta en la gente, que se percibe, que les importa. Gracia se considera honrada e intenta ser consecuente con sus ideas, «y estos momentos, es difícil» comparte Jose.
«El ser activo va mucho con la educación social»
«Si no no aguantas este trabajo, te tiene que gustar mucho, porque si no, quema. Nos encontramos con situaciones muy complicadas» interviene Gracia. El ser un equipo ayuda. Y en este centro de servicios sociales son equipo desde la directora, el coordinador, profesionales de Trabajo Social y Educación hasta las administrativas, «aquí todos y todas sabemos el objetivo y tenemos que poner en marcha la creatividad para el bien de las familias» dice Jose.
Jose es diplomado en Educación Social. «La educación social y el compromiso social lo he mamado desde pequeño. Soy de Vallecas, un barrio que tiene mucho que ver con el compromiso, y empecé con 10 años en una asociación. Mi profesión y yo hemos crecido juntos o hemos ido de la mano». Una mano que lleva con Jose desde 1993 y que ha pasado por Villaverde, Torrejón de Ardoz y por fin llegó a trabajar a su barrio hace cinco años.
Gracia es licenciada en Geografía. Realizó un curso de animación sociocultural y está habilitada. «Soy de las primeras habilitadas del Colegio de Educación Social de Barcelona». Ella también empezó en el asociacionismo, y esto junto con su compromiso social le han llevado hasta aquí. Pero para llegar, ha tenido un recorrido que comenzó en 1987 en el tema de drogas desde servicios sociales. A los dos años tuvo la oportunidad de entrar en familia, que pensaba que iba a ser más relajada la cosa (risas), y en Grupo 5 entró en el año 2000.
El paso de los años en Educación Social lo han percibido en el reconocimiento de la profesión a nivel general, ya que en Vallecas siempre han sido un profesional más.
Una mirada a la crisis desde la Educación Social
Hablar de la crisis en este trabajo es hablar de empobrecimiento. «Los medios de comunicación no llegan a imaginar el nivel de pobreza extrema en la que viven ciertas familias. Tenemos situaciones de malnutrición, y la salida es hablar con colegios para que puedan tener a un/a niño/a a comer y que pueda hacer una comida al día. Entonces, hablar de una dieta equilibrada… es complicado cuando no hay nada. Estamos en un punto en el que con lo que tenemos, buscamos el máximo rendimiento” opina Jose.
Y Gracia añade: «También estamos viendo una crisis a nivel educativo, los/as niños/as no tienen libros y esto genera desigualdades. Estamos como muros de contención para que no se nos vaya la situación. Tampoco sabemos dónde está el fondo. Pero sí estamos viendo cosas positivas, y es la red social que se está formando entre las familias, la creatividad para subsistir. Y ver cómo ciertas familias van saliendo, eso te da satisfacción. Y las familias, salen».
Una clave: saber desconectar
Gracia lo hace a través de la lectura, los paseos y el tiempo con los suyos. Jose con la bici y el club deportivo del que forma parte. Y es que lo que les piden a cada miembro de la familia, que tengan tiempo para ellos/as mismos/as es lo que se aplican, «cuestión de salud» dice Gracia porque «¿sabes al cabo del día la cantidad de personas que nos lloran?»
Un libro
Para Gracia, la novela negra es su recomendación, «y si os gustan históricos, Cisnes salvajes, que cuenta toda la trayectoria China hasta Mao».
Jose se queda en casa y recomienda La voz dormida de Dulce Chacón.
Una canción
Jose lo tiene claro: «Secretly, de Skunk Anansie». Gracia es más general: «música clásica, ópera, Los Beatles o cantautores como Aute».
Un viaje
«Lisboa como ciudad para vivir, pero también recomendaría Praga, me encantó» aporta Gracia. Jose ofrece Estambul y Cuzco, dos culturas distintas pero ambas con encanto. Y viajar les apasiona, porque comienzan a nombrar ciudades como si desde la sala del centro de servicios sociales en la que nos encontramos nos proyectásemos a Roma, Granada, Barcelona, París, Amsterdam o San Sebastián.
Un sueño
Para Gracia, «seguir trabajando y retirarme a gusto», para Jose «poder vivir del trabajo que me guste hacer».