El estigma social hacia las personas con discapacidad intelectual

Por Irene Muñoz Lara - Autora del TFM “El estigma social hacia las personas con discapacidad intelectual”
18 febrero 2021

Cristina Paradero fue sometida a una ligadura de trompas con 18 años, una decisión que fue tomada por sus padres con el objetivo de protegerla. Sin embargo, las esterilizaciones forzosas a mujeres con discapacidad intelectual no son una medida de protección sino una vulneración de los derechos humanos (Sosa y Álvarez, 2020).

En Albacete, un hombre está acusado de abusar sexualmente de una mujer con discapacidad intelectual en diversas ocasiones (Europa Press, 2021).

Vicenç Flores, es un ex guardia urbano de Barcelona que fue despedido tras haber tenido un accidente en pleno acto de servicio, que le dejó con una discapacidad sobrevenida. Denuncia que el Ayuntamiento de Barcelona le expulsó y le aplicó una jubilación forzosa sin darle opción a valorar si podía trabajar en una segunda actividad dentro del Cuerpo (Álvarez, 2020).

Inés, una menor de 11 años con discapacidad intelectual, fue expulsada de un campamento de verano en Salamanca, tras las diversas quejas de las familias de algunas compañeras. Su madre denunció públicamente el trato tan inhumano y discriminatorio que sufrió su hija (Fominaya, 2019).

Montserrat Vilarrasa cuenta en una entrevista para El Mundo que cuando ha intentado buscar piso de alquiler muchos de los propietarios no han querido firmar el contrato porque tenía síndrome de Down e, incluso, en una ocasión con una reserva previa ya realizada en un hotel, al verla, le llegaron a decir que tenían todas las habitaciones ocupadas (Hernández, 2020).

Centenares de historias como éstas siguen apareciendo en nuestro país en los medios de comunicación, lo que demuestra que las personas con discapacidad intelectual siguen sufriendo en la actualidad una importante discriminación y exclusión social. Esta estigmatización no solo existe de manera directa, sino que la más frecuente se sigue dando de forma más indirecta a través de la desigualdad de oportunidades y la vulneración de los derechos humanos, algo que ha aumentado este año 2020 con la pandemia por COVID-19.

En este sentido, el estudio de Plena inclusión España realizado por el INICO (Instituto de Integración en la Comunidad) de la Universidad de Salamanca o el Informe España Derechos humanos y Discapacidad 2019 elaborado por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) y la Fundación La Caixa, ponen de manifiesto que la etapa de pandemia ha intensificado las desigualdades y ha empeorado la situación de las personas con discapacidad intelectual e, incluso, ha supuesto nuevas amenazas. Se ha visto que esta crisis sanitaria y social ha supuesto barreras significativas en ámbitos tan importantes como el laboral, educativo o de servicios sociales. Así, estos estudios aportan que se han acentuado las ya existentes dificultades en el acceso a la atención médica apropiada o que se ha incrementado la exclusión en el contexto educativo, mostrando una carencia considerable en los apoyos de accesibilidad cognitiva. Asimismo, los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) del Gobierno de España muestran en 2020 una reducción del 32% en el número de contratos a personas con discapacidad con respecto al año anterior.

Por todo ello, considero relevante la investigación llevada a cabo en mi Trabajo Fin de Máster sobre el estigma social hacia las personas con discapacidad intelectual. En este trabajo me centré especialmente en conocer el estigma social hacia este colectivo tanto en una muestra de población general como en una muestra de familiares de personas con discapacidad intelectual. Llevé a cabo el análisis de dicho estigma en relación al contacto previo mantenido con esta población y respecto a la frecuencia del mismo. Además, evalué el efecto de diferentes variables que podían actuar como factores de protección o de riesgo para este estigma social, las cuales fueron conducta prosocial, empatía, compasión y ansiedad intergrupal.

En resumen, este estudio puso de manifiesto que las personas con discapacidad intelectual siguen siendo víctimas de juicios discriminatorios por parte de la sociedad en relación a su aceptación y participación social. Asimismo, se observó que tanto el contacto previo mantenido como la frecuencia del mismo influyen en el estigma social hacia este colectivo. Pero, sin duda, los datos más relevantes, a mi parecer, hacen referencia a la relación entre el estigma social y las diferentes variables, demostrándose así que dicho estigma puede verse reducido si existe una mayor conducta prosocial, un mayor nivel de empatía, una mayor compasión y una menor ansiedad intergrupal hacia las personas con discapacidad intelectual.

Por lo tanto, con el fin de ayudar a extinguir todos esos titulares llenos de historias desgarradoras, creo que es importante tener en consideración estos resultados, pues dichos factores de protección pueden favorecer las actitudes positivas hacia este colectivo, mejorando su inclusión social, su bienestar y su calidad de vida. Los datos obtenidos en esta investigación, son esperanzadores y aplicables, pues pueden aportar de alguna manera un pequeño granito de arena en todo este ámbito, aplicándolos en la práctica real a través de la creación o mejora de programas de intervención social, en la realización de campañas de sensibilización y concienciación social o, incluso, en la elaboración de guías o programas de apoyo para los familiares o cuidadores de esta población, con el fin último de reducir al máximo el estigma social que sufren diariamente las personas con discapacidad intelectual.

En suma, mi objetivo con este trabajo era poder visibilizar la discriminación y estigmatización que padecen las personas con discapacidad intelectual, así como concienciar de alguna forma hacia la inclusión plena y real de este colectivo en la sociedad que ayude a mitigar dicho estigma social.

Irene Muñoz Lara es autora del Trabajo Fin de Máster “El estigma social hacia las personas con discapacidad intelectual” del Máster Universitario en Psicología Social de la Universidad Complutense de Madrid y resultó premiado con un accésit en el Premio TFM Contra el Estigma de la cátedra UCM-Grupo 5 Contra el Estigma.

3 Replies to “El estigma social hacia las personas con discapacidad intelectual”

  1. Carlos dice:

    Muy interesante artículo, seguro merece la pena leer con detenimiento el trabajo de fin de Máster completo porque se recogen ejemplos de situaciones estigmatizantes reales y, sobre todo, porque se plantean elementos que pueden ayudar a reducirlo. Gracias por compartir esta información que puede orientar hacia donde dirigir intervenciones para reducir el estigma hacia estas personas, y generar entornos más inclusivos.

  2. María dice:

    Muchas gracias Irene por plantearnos el reto del necesario cambio de mirada, por animarnos a superar el estupor que nos provocan esos titulares, orientando hacia prácticas inclusivas que respeten los derechos humanos de todas las personas. El trabajo es muy interesante y las líneas de futuro esperanzadoras… Es momento de implicarnos en la creación de proyecto de futuro inclusivo para tod@s!

  3. Valentina Quiroga dice:

    Buenas, tengo el trabajo completo en PDF y no he podido hayar la manera para citarlo en mi trabajo de investigación. Por favor quien me pueda ayudar para ciatrlo, gracias.

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