Durante este año en el Centro de Rehabilitación Laboral queremos poner nuestra mirada en las capacidades de las distintas personas usuarias que pasan desapercibidas y que a veces los y las diferentes profesionales no somos conscientes del potencial de la persona, pues muchas veces nos aferramos a la lupa de seguir las pistas de lo que le pasa a la persona y no de ver todo el potencial que tenemos delante.
Ese potencial es la huella de identidad de esa persona, por lo que abramos bien los ojos y esforcémonos en descubrir cómo podemos apoyar para que surjan esas capacidades.
Durante estos años como maestra de taller he ido cambiando muy poco a poco esa mirada, partiendo desde un punto de desconocimiento total de la enfermedad mental, manteniendo en este punto de partida una mirada muy simple, y buscando en cada comportamiento confirmar esa etiqueta, esa idea que nos hemos ido formando sobre las personas con problemas de salud mental.
Ahora echo la vista atrás y VEO que esa mirada me hacía perder la riqueza de la persona que tenía delante. Y a mí como profesional -y como persona- me hacía más frágil.
Ese mirar diferente nos permite, no solo potenciar al otro, sino enriquecernos nosotros mismos como personas y crecer en nuestra forma de aceptar y relacionarnos con lo diverso.
En este abrir los ojos (y ver) quiero presentaros a Sabrina, usuaria de… ¡Vaya! He caído en la trampa de mi discurso anterior y os la iba a presentar no con lo que realmente la identifica y da valor. Empiezo de nuevo.
Sabrina es una persona que disfruta con la creación artística, es ilustradora, Licenciada en Bellas Artes y le gusta participar y plasmar todo su ingenio creativo en proyectos para los cuales le piden su colaboración y lo hace de manera solidaria porque con ello se siente desarrollando su auténtico proyecto personal.
Sabrina es una de esas personas que pasa por el centro llena de capacidades. Y en esa capacidad se encuentra también el talento de hacernos abrir los ojos, de recordarnos cada día que cambiemos la mirada, que sigamos enfocando. Personas como ella nos recuerdan la necesidad de deshacernos de las etiquetas y comenzar a tratar a las personas a partir de su realidad. Sí, diferente a la tuya, pero no por ello estamos en vértices diferentes.
Hola, soy Sabrina.
En primer lugar agradezco que se me presente por mis habilidades, como se haría de cualquier persona.
Esta es la (breve) historia que me acompaña desde mi entrada en el Centro de Rehabilitación Laboral. Mi comienzo fue en medio de la pandemia, cuando conseguí una plaza gracias a una iniciativa en la que equipara el valor entre mujeres y hombres en igualdad de derechos.
Mi primer contacto fue a través del teléfono y más adelante por videollamada familiarizándome con los y las profesionales que me han hecho sentir muy cómoda. Sé que soy una persona muy sociable y con don de gentes y que, aunque me falte mucho por descubrir de mí misma, se cuáles son muchos de mis fallos y el poder comunicárselos al equipo me ha ayudado a seguir adelante.
No puedo hablar por los artistas en general, pero puedo hablar de mi propia experiencia en la que siento que llego tarde a todo, la brecha económica al no poder acceder a material actualizado para trabajar en mi propia expresión o desarrollarme en trabajos que tengan que ver con mi educación es lo que más me frustra y los y las profesionales del CRL están siempre animándome, creyendo en mí y fomentando ideas para que pueda expresarme de alguna manera.
Os animo a conectar, investigar y descubrir los centros como los CRL porque nos acogen y nos sostienen en muchos aspectos.
Sabrina Antonella.