“No tenemos un planeta B” es una frase contundente y obvia a la vez.
Nos apela con urgencia individualmente y de manera colectiva para luchar contra un cambio climático que cada vez es más visible y afecta a nuestro ecosistema. La eficiencia energética, la reducción de la huella de carbono o el reciclaje por ejemplo son claves en el día a día de cada persona pero por supuesto en el día a día de las empresas y que desde Grupo 5 estamos abordando desde el área de calidad y de mantenimiento, para que, como dijo Mª Ángeles Romero, directora de calidad de Grupo 5, “las apuestas normativas que hemos hecho entroncan, sostienen y potencian la misión y visión de Grupo 5 como compañía, y eso, nos hará crecer y mejorar en lo que más nos importa: atender a las personas vulnerables. Porque ellas, son lo primero”.
Igual que no tenemos un planeta B, no podemos permitirnos una sociedad B.
Con una sociedad B me refiero a dos ámbitos. Las personas que están excluidas dentro de un sistema y de una “sociedad A” que no para. Que sigue una dinámica productiva en exclusiva. Para Grupo 5, una empresa que trabaja con personas vulnerables, es un deber dedicar un esfuerzo mayor en cambiar esa mirada donde solo tengamos una única sociedad mejor. Por eso desde la cátedra UCM-Grupo 5 Contra el Estigma desarrollamos investigaciones, acciones de sensibilización y formación que incluyan a todas las personas.
Y existe una sociedad B no responsable en su actividad empresarial. La desconfianza en las instituciones es un malestar de la ciudadanía que exige una mayor transparencia en nuestras actuaciones. Por ello, liderado por el área legal de Grupo 5, tenemos un equipo trabajando en el proyecto de Complaince que cuide del buen gobierno de la empresa desarrollando por ejemplo un canal de denuncias confidencial y transparente, y que acerque el compromiso y las buenas actuaciones de Grupo 5 a toda la sociedad.
Y por último, no podemos permitirnos una salud mental B.
A lo largo de los últimos dos años estamos comprobando cómo la pandemia está haciendo visible la necesidad de abordar la salud menos física pero igual de esencial, y no solo cuando se tiene un diagnóstico. Se requiere de un abordaje integral que incorpore el aspecto social y relacional.
La salud mental llama a la puerta de nuestro estilo de vida. Horarios infinitos, la perfección en todo momento, ser buenas hijas, buenos padres, excelentes profesionales, hacer deporte, cuidar las amistades, llegar a todo… ¿Y cuándo hay espacio para el “hasta aquí”? Ese “hasta aquí” significa parar y evaluar cómo estamos. Tomar decisiones en base a nuestro bienestar. Porque si yo personalmente no estoy bien, difícilmente voy a ser buena hija, buena amiga o buena trabajadora.
Y en este aspecto, las empresas juegan un papel fundamental, porque las personas pasamos una gran parte de nuestra jornada en ellas. De hecho, las empresas, son personas, afortunadamente. Por eso una de las líneas que estamos abordando desde nuestro servicio de prevención es el bienestar emocional y psicosocial. Y en este aspecto, igual que en los anteriores, requerimos del esfuerzo colectivo como organización para definir objetivos y acciones que mejoren la vida de nuestros profesionales.
La sostenibilidad ambiental, la cátedra Contra el Estigma, el complaince legal o el bienestar son algunas de las líneas que engloban el proyecto de Responsabilidad Social Corporativa de Grupo 5 y sobre las que vamos a continuar trabajando, porque son sin duda, cuestiones del PLANETA A.