Existen muchas mujeres víctimas de violencia de género que escapan de los perfiles habituales y que permanecen al margen de la sociedad e incluso de la red de atención a mujeres víctimas de violencia de género, no recibiendo la atención específica necesaria.
Se han identificado múltiples razones que contribuyen a que la sociedad invisibilice a estas mujeres, siendo la principal, la estructura patriarcal que discrimina doblemente a algunos colectivos por el hecho de ser mujeres y presentar además dificultades especiales.
El permanecer invisibles, ocultas y rechazadas, dificulta el proceso de detección y recuperación de estas mujeres, además de agudizar las devastadoras consecuencias de sufrir violencia de género.
La red profesional de atención a mujeres víctimas de violencia de género, debería incorporar en sus protocolos de intervención a todas estas mujeres, además de diseñar programas específicos para aquellos colectivos que por sus particularidades lo requieran.
La violencia de género es un problema social, por lo tanto, la responsabilidad de erradicarla se ubica en toda la sociedad que debe denunciar cualquier situación que vulnere los derechos humanos, por lo tanto todos y todas somos responsables de hacer visibles a las mujeres que permanecen doblemente discriminadas.
- Informe sueco «Men’s Violence against Women with Disabilities by The Swedish Research, 2007”[i]. Entrevistadas 1063 mujeres con diversidad funcional, el 33% habían sufrido situaciones de maltrato, violencia, abuso sexual a lo largo de sus vidas.
- En la “III Macroencuesta sobre la violencia contra las mujeres” llevada a cabo por el Mº de Trabajo y Asuntos Sociales en el año 2006, aparecen uno de los primeros datos oficiales en España sobre esta cuestión. Según sus estadísticas, existe un 9,4% de mujeres sin diversidad funcional que son consideradas técnicamente como «maltratadas» frente al 13% de mujeres con diversidad funcional. Otro dato es el de 3,4% mujeres sin diversidad funcional autoclasificadas como maltratadas durante el último año frente al 8,1% de mujeres con diversidad funcional.
La evidencia nos señala que las mujeres con diversidad funcional sufren malos tratos, abusos, violencia sexual y violencia doméstica en mayor porcentaje que los hombres con diversidad funcional y que las mujeres sin diversidad funcional. El objetivo de este manifiesto es visibilizar y denunciar esta situación para construir una sociedad donde no se vulneren los derechos humanos de las personas, haciendo especial énfasis en las personas más vulnerables.
[i] Swedish Research Institute for Disability Policy, HANDU AB, Men´s Violence against Women with Disabilities, Suecia, 2007