Nos sumamos al Mes Europeo de la Ciberseguridad

Por César Ramos - CISO Clariane España
19 octubre 2023

Corría el año 2004 cuando los Estados Unidos declararon oficialmente el mes de octubre como el Mes Nacional de la Concienciación en Seguridad, iniciativa que surge no sólo desde el gobierno federal, sino también desde la industria privada y diversas organizaciones de seguridad; su objetivo es fomentar la educación en materia de ciberseguridad y la concienciación sobre la importancia de proteger tanto la información como los sistemas que la albergan. Parece que el mes de octubre fue el elegido debido a su cercanía a las festividades de fin de año donde se incrementan notablemente las compras por Internet, así como también eventos importantes, tales como el Black Friday y el Cyber Monday.

Posteriormente, en el año 2012, Europa adoptó esta idea y se creó el Mes Europeo de la Ciberseguridad, para después extenderse por Latinoamérica, siendo Chile el primer país en celebrarlo durante el año 2018.

Así es como durante el mes de octubre, elegido mundialmente como el mes de la ciberseguridad, se llevan a cabo diversas actividades, campañas de sensibilización y eventos relacionados con la ciberseguridad.

Podríamos entender que tras tantos años en los que gobiernos e instituciones públicas, empresas privadas y multitud de organizaciones relacionadas con la ciberseguridad se han centrado en fomentar la concienciación e incrementar las medidas de seguridad en todas las redes y sistemas informáticos, deberíamos estar en un entorno más controlado y seguro, pero nada más lejos de la realidad.

La paradoja radica en que, a pesar de que cada vez hay un mayor nivel de seguridad que debería hacer que podamos movernos por la red con más tranquilidad, existe un incesante incremento de personas y dispositivos conectados a Internet, aplicaciones, apps, sistemas y servicios, estos últimos a una gran velocidad que demandan las necesidades del momento, sin entrar a valorarlas, complicando la implantación de un óptimo nivel de seguridad que requeriría más tiempo y menos velocidad.

¿Qué riesgos representa esta situación? Básicamente, todos.

Nos encontramos en un entorno, el cibernético, cuyos límites y fronteras son difusos y relativos, donde por el mero hecho de estar conectados somos visibles a la totalidad del resto de usuarios, y estos los hay buenos y menos buenos; los usuarios menos buenos ya no son aquellos personajes anónimos con los que el mundo del celuloide nos sorprendía en los años 80, donde “jugaban” a disparar misiles por error desde un recóndito pueblecito o escribían código de virus por el mero hecho de escribirlo sin más afición que aprender; no, ahora lo que tenemos es un lucrativo negocio que reporta muchísimo dinero a organizaciones bien formadas y que se esfuerzan por ir siempre delante de esa carrera que antes mencionaba entre las demandas tecnológicas del momento y la seguridad.

Podemos pensar que nuestra información no es importante para estos personajes, o que realmente no somos un objetivo interesante porque no tenemos millones de euros que nos puedan robar. Error. Todos somos un nodo de la Internet, y por tanto somos puntos desde los que saltar a otros mayores o más importantes, y cuanto más confiados nos sintamos y menos medidas pongamos para protegernos, más vulnerables seremos y, con toda seguridad, será cuestión de tiempo que estén entrando por nuestra puerta (virtual) sin avisar, robando, borrando y secuestrando cuanta información les venga en gana, infectando nuestros dispositivos para proseguir la infección a otras personas de nuestro círculo cercano, para cada vez tener más información y dispositivos con los que contar en el momento en el que les haga falta para aumentar, y mejorar, su negocio, puesto que ningún negociante debería desperdiciar un ingreso, por pequeño que sea, un virus informático nunca debiera dejar una máquina sin infectar.

Ante este desalentador panorama, la buena noticia es que podemos evitar ser presas del mal, llevando a cabo unas mínimas recomendaciones:

  • Cambiar regularmente las contraseñas, y que no sean fáciles de adivinar (¡¡123456 sigue siendo la contraseña más habitual en todo el mundo!!)
  • Contar con un programa antivirus actualizado
  • Actualizar los parches de seguridad del dispositivo
  • No abrir correos electrónicos de emisores desconocidos
  • No visitar sitios web no seguros
  • No instalar programas de dudosa procedencia

Y cuando estas recomendaciones no estén claras, por ejemplo, no sepamos qué sitio es seguro o cuál no, preguntemos al equipo profesional de los departamentos de tecnología y seguridad, que nos asesorarán al respecto, ya que sólo comprendemos aquellas preguntas que podemos responder.

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