Quizás la pregunta que podríamos hacernos no es sólo si estarán las políticas sociales en las campañas electorales sino la de cómo estarán en el supuesto de que efectivamente nuestros partidos se animen a ponerlas encima de la mesa. Creo que es difícil –aunque desde luego no imposible- politizar las políticas sociales, dado su carácter transversal y la trascendencia que tienen para todos los ciudadanos con independencia de su ideología. Al fin y al cabo, es seguro que en algún momento las necesitaremos aunque solo sea por una cuestión de edad. Por eso ofrecen una oportunidad muy interesante para debatir sobre políticas sociales teniendo en cuenta de un lado los intereses generales y de otro el criterio y el conocimiento de los expertos. Ojalá que nuestros partidos se animen.
La reciente noticia (con el vídeo correspondiente) del maltrato a ancianas internas en una residencia concertada de la Comunidad de Madrid que pone de relieve el escaso control y supervisión que se ejerce por las Administraciones Públicas sobre estos centros quizás pueda ayudar a despertar el interés por la necesidad de abordar con seriedad y rigor la ejecución de las políticas sociales. Porque de nada sirven las normas si después, por las razones que sean, no hay capacidad efectiva para hacerlas cumplir. No se trata solo de imponer sanciones cuando ocurren sucesos tan tristes y lamentables; se trata sobre todo de adoptar un sistema de incentivos y de medidas preventivas que impidan que puedan ocurrir casos como el de la residencia los Nogales u otros similares.
En ese sentido, el que en campaña electoral se pongan en la agenda política no ya la definición y regulación de las políticas sociales sino su seguimiento y evaluación sería un paso adelante. En una sociedad cada vez más envejecida, donde vivimos mucho tiempo pero todavía sin la deseada calidad de vida en los años finales y cada vez más desigual en la que hay demasiadas personas que tienen necesidades especiales ya sea por razones de salud mental, diversidad funcional o por estar en riesgo de exclusión es un reto debatir con realismo y con rigor qué tipo de políticas sociales queremos y podemos afrontar. Sin desmerecer el papel del legislador a mi juicio lo es todavía más el de las Administraciones Públicas, el de los agentes del sector y el de los ciudadanos. Si somos cada vez más conscientes como sociedad de los retos que suponen las políticas sociales y de cómo pueden condicionar nuestra vida y las de las personas a las que queremos será difícil que los políticos nos ignoren y menos en campaña electoral. Tenemos que reclamar más agenda política para las políticas sociales: nos va mucho en ello.
Más agenda política para las políticas sociales: nos va mucho en ello.
