Trabajo Social: Arquitectura de proyectos de vida

Por Jenny Hernández - Trabajadora social SIAPSH Tenerife
23 marzo 2023

Trabajar con personas sin hogar te hace vislumbrar y comprender que en la mayoría de las ocasiones, el hecho en sí de no tener una vivienda pasa a un segundo plano, evidenciándose la confluencia de otros factores que han desencadenado la situación descrita. Es por ello que, la labor profesional no debe centrarse únicamente en la búsqueda de un alojamiento, sino priorizar en la detección, diagnóstico y análisis de todos esos elementos que hace que nos enfrentemos a un fenómeno que es multifactorial, heterogéneo y cambiante, siendo sumamente compleja su asunción y requiriendo de un abordaje integral donde el Trabajo Social tiene un papel prioritario.

Numerosa es la literatura social que define el Trabajo Social, sin embargo, es probable que aquellos y aquellas que conocemos de primera mano la crudeza del sinhogarismo y nos dedicamos a la intervención directa, hemos reconceptualizado el concepto y readaptado nuestra visión de la profesión, hacia un cambio de mirada más sensible ante la magnitud de esta problemática y lo que implica para las personas que la sufren.

Muchos momentos amargos, días de relatos desgarradores en los que la tónica dominante es el dolor, la frustración, la desesperanza, la indefensión y el estigma que coexisten con otros muchos, de alegrías y celebración de los pequeños éxitos logrados por las personas atendidas. Esto, además de curtirte como profesional, te adentra sin remedio en un proceso de continuo crecimiento personal, teniendo que repensar y deconstruir patrones de pensamiento y comportamiento adquiridos desde nuestra infancia para construir un nuevo paradigma caracterizado por la dignidad, la libertad, la diversidad, la tolerancia, la igualdad, la inclusión y la justicia social.

El trabajo social nos brinda la oportunidad de acompañar a las personas en la difícil tarea de la reconstrucción de sus proyectos de vida por lo que debemos diseñar una intervención social que, orientada al verdadero empoderamiento, sea capaz de inyectar dosis extra de autoestima, fortalecimiento, motivación e impulso y asentarlos como preceptos de vida.

A pesar de que mi trayectoria profesional ha estado marcada por el trabajo social en gestión, desde hace algo más de 6 años tengo la oportunidad de poder dedicarme a la intervención directa con las personas, lo que ha supuesto, no solo un giro en mi carrera profesional, sino en el espacio personal a través del cual he entendido la diferencia entre ir a trabajar y vivir una profesión. Se trata de tener conciencia y presencia, lo que te permite inculcar en las personas otra visión de sí mismas, dando paso a una perspectiva y actitud positiva acerca de sus capacidades, cualidades, aptitudes y competencias para alcanzar sus metas, elegir y dirigir su proyecto vital.

Todos los que portamos el título de Trabajo Social tenemos la responsabilidad moral y el deber de defender el valor del ser humano dando luz a sus talentos y potencialidades como motor para el desarrollo y el cambio. El hecho de creer en alguien y en su valía hace transformar lo que ofreces como profesional y dignifica a la persona. Comenzar a vivir conjuntamente como, a través de pequeños cambios, su vida se reconduce y reconstruye, son sensaciones que perderían su valor al explicarlas con palabras y solo se puede describir como momentos de auténtica felicidad y satisfacción personal y profesional.

Una reflexión que durante este tiempo ha tomado para mi especial relevancia es el término coherencia, entendido como “lo que somos y lo que hacemos” de manera que, debe de coexistir una correspondencia entre nuestra forma de pensar, de hacer, de expresar, de sentir y de actuar, ¿se puede separar el arte del artista? No tengo una respuesta para eso, de lo que sí estoy segura es de que esta profesión necesita gente soñadora y entusiasta que marque la diferencia entre números y personas, sin perder de vista la buena praxis y poniendo el valor de lo humano por encima de todo.

Mil gracias a esta profesión que va más allá de un trabajo, que se constituye como una filosofía de vida y de concebir el mundo que nos rodea y que me enseña tanto cada día.

 

“Ama lo que haces y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”
Confucio 551 AC-478 AC

2 Replies to “Trabajo Social: Arquitectura de proyectos de vida”

  1. Cruz Fdez Heres dice:

    Que bueno Jenny…pero que bueno leerte y verme reflejada en cada idea…yo me pregunto quien construye a quien…si yo a la profesional…o la profesional me hace persona día a día. Describes perfectamente lo que es y supone trabajar con personas en situación de calle…y la suerte que tenemos al poder llegar a la conclusión de que por encima de todo…se viva como se viva y pase lo que pase, uno es dueño
    de su dignidad, e incluso de poder decidir que es lo digno o no para él………Felicidades Jenny…por dejarte cuestionar y construirte día a día…desde quienes parece que no tienen nada que aportar…¿Qué tremendo no?…Felicidades de verdad. Un abrazo Jenny.

  2. Blanca dice:

    Que bonita manera de vivir y sentir el trabajo social. Que suerte tienen de tenerte las personas a las que cada día atiendes y a los que sacas una sonrisa a pesar de la carga que sostienen. Gracias por compartir este sentir, por creer en las personas y por contagiar energía para continuar luchando por una sociedad un poquito más justa.

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