En un lugar del Atlántico, de cuyo nombre si nos queremos acordar, había dos trabajadores sociales anhelantes de conocimiento que decidieron abandonar la confortabilidad de Tenerife y adentrarse en un lugar de la Mancha en busca de aprendizajes, experiencias, competencias profesionales y otros elementos relacionados con el conocimiento en su dimensión más amplia.
Entre el 26 y 28 de mayo del presente año se llevó a cabo en Ciudad Real el XIV Congreso Estatal de Trabajo Social y el II Congreso Iberoamericano de Trabajo Social bajo el lema “Trabajo Social en esencia: cambiar para avanzar, crear para crecer”. El Consejo General de Trabajo Social hace más de 50 años que celebra cada cuatro años el Congreso Estatal de Trabajo Social, siendo un espacio de encuentro entre profesionales, de reflexión sobre el estado del trabajo social y de debate sobre propuestas que orienten y estimulen las actuaciones presentes y futuras de la profesión. Además, en esta ocasión se trataba de un evento sumamente esperado por la comunidad profesional del Trabajo Social tras haber sido pospuesto en varias ocasiones a raíz de la pandemia provocada por la COVID-19.
Dicha situación sanitaria ha provocado en todo el mundo un importante cambio en los sistemas educativos, formativos y de aprendizaje, pasando a ser “la distancia” y el uso de las tecnologías de la información y la comunicación un elemento cada vez más presente en los procesos de interacción de la sociedad en su conjunto y especialmente en el ámbito profesional y formativo. Sin embargo, en el pabellón de ferias y congresos de Ciudad Real se respiraba un clima distinto a lo que representa la distancia.
Según la organización del evento se congregaron más de 900 congresistas en el recinto, que, junto a la organización, staff técnico, auxiliares y demás miembros hacían que se superasen las 1.000 personas con creces. Todas esas personas mostraban su alegría, su felicidad por poder disfrutar de este encuentro de profesionales ya no solo por lo que represente a nivel formativo, laboral y de adquisición de competencias, sino por el mero hecho de compartir de manera presencial y directa en contacto con otros y otras colegas de profesión. Reinaba la sensación de alivio, de superación de una situación que ha sido dura para todos en su conjunto y más para una profesión como el Trabajo Social donde el contacto físico, la cercanía, el acompañamiento, la presencialidad y el poder sentir y ver entre otros elementos, son fundamentales para el desempeño de una profesional cargada de momentos a “corta distancia”.
Las y los congresistas paseaban por todos los stands que se habían instalado en la La Venta, incluido el de Grupo 5, para compartir, conocer e indagar sobre diferentes acciones vinculadas con la profesión que tienen lugar en diferentes zonas del país. En el espacio central del pabellón se disfrutaron de las ponencias más relevantes y en las diferentes zonas habilitadas se expusieron las comunicaciones y póster; todo ello sin olvidar la cafetería y áreas de encuentro de congresistas, esos espacios que, sin tener la formalidad de los otros, son el origen de importantes decisiones, aprendizajes y momentos que sin duda marcan a los y las profesionales que asisten.
Nosotros siempre hemos apostado por la investigación, la divulgación del conocimiento, el aprendizaje, la creación de espacios de intercambio profesional y todas aquellas situaciones que contribuyan a una mejora de la profesión del Trabajo Social y de la sociedad en su conjunto. En esta línea, acudimos a dicho congreso aportando dos comunicaciones: una titulada “El perfil de las personas sin hogar de Santa Cruz de Tenerife” y la otra fue “Los modelos de intervención social con las personas sin hogar”.
Y qué decir, que nuestra satisfacción ha sido mayúscula. Las dos comunicaciones fueron aceptadas con una nota media superior al 9 en ambos casos, se publicaron en el la web del congreso. La relativa a los modelos de intervención fue elegida para ser directamente expuesta de manera presencial en el congreso; y la relacionada con el perfil será publicada solamente en el libro de actas. Esta última es la única que será publicada en dicho libro porque, siguiendo con la recogida de los frutos que da el trabajo duro, el sacrificio y la búsqueda contratante del buen hacer, la comunicación de los modelos de intervención será publicada como un artículo en la revista científica del Consejo General del Trabajo Social, cuestión que, sin duda, pone el broche de oro a un congreso que se ha saldado con sobresaliente.
Este encuentro profesional se constituye como un espacio para el crecimiento profesional, para reflexionar sobre las necesidades sociales y hacia dónde se debe seguir enfocando y construyendo el Trabajo Social para dar una respuesta eficaz, conocer las tendencias actuales en la intervención y algunos proyectos innovadores, estar al tanto de buenas prácticas profesionales e iniciativas que están teniendo óptimos resultados, ser conscientes de otros proyectos de investigación que se están desarrollando en la actualidad, etc. Asimismo, ha permitido que se creen sinergias entre los y las profesionales, que se planteen propuestas de trabajo conjunto y que se siga alimentando el entusiasmo y compromiso por el Trabajo Social y fundamentalmente por las personas. Además, se ha constituido como una oportunidad para seguir visibilizando la labor que desarrollamos los y las profesionales del trabajo y social y de otras áreas con el colectivo de personas sin hogar y otros sectores vulnerables de la sociedad, destacando en este caso el papel y compromiso de Grupo 5 en este aspecto. De hecho, de las 7 comunicaciones que se presentaron en el congreso sobre el colectivo de personas sin hogar, dos fueron las propuestas desarrolladas desde el SIAPSH Tenerife.
En definitiva, podemos destacar que afortunadamente hemos vuelto a la tan anhelada presencialidad, a la interacción directa, a la existencia de espacios físicos de aprendizaje, de intercambio de ideas y opiniones y, en su conjunto, a la socialización como eje fundamental del desarrollo sostenible e integral de nuestra sociedad. Y de igual modo, cabe reivindicar la existencia de espacios como el mentado congreso y más aún, de la necesidad de asistencia de los y las profesionales del trabajo social como herramienta que permite el desarrollo de la profesión, la apertura de nuevas líneas de trabajo, la creación de espacios de análisis, reflexión, debate, crítica y aprendizaje que permitan a la profesión continuar desarrollándose y reivindicando el lugar académico y laboral que se merece.