Investigar: donde empieza y donde acaba

Por José Félix Mozo - Neuropsicólogo Grupo 5 CIAN Madrid
2 abril 2020

Actualmente vivimos un momento importante como sociedad donde los valores humanos y cómo hemos construido nuestro sistema se están sometiendo a verdad. Uno de los pilares que fomenta el desarrollo de una sociedad es que permita cubrir las necesidades básicas a todos sus individuos. En estas últimas semanas, debemos agradecer a todos los trabajadores y trabajadoras del sistema sociosanitario, quienes nos cuidan e impulsan medidas de investigación en el avance de soluciones contra el Covid-19.

A raíz de la presencia de Grupo 5 CIAN Madrid en uno de los principales congresos de investigación en el campo de la Neuropsicología – que es aquella disciplina que explica la relación entre el cerebro y conducta y cuyo objetivo se orienta al tratamiento de problemas cognitivos, comportamentales, emocionales y de ajuste psicosocial en el ámbito de la rehabilitación neurológica- celebrado el pasado en mes, surgió la siguiente pregunta: ¿cómo participa Grupo 5 CIAN en la investigación?

La investigación es un proceso sistemático de resolución de interrogantes y búsqueda de conocimiento que tiene unas reglas propias. A veces, de los resultados de ese proceso surge un conocimiento nuevo cuyo objetivo es transformar en mejoras a aquellas acciones que se toman en cualquier actividad que nos planteemos. Y a eso se le llama “innovación”.

Por supuesto, ni investigar, ni innovar son procesos simples. Ambos procesos precisan de conocimiento previo, método y compromiso; y todo a su vez implica planes de desarrollo y tiempo que ocupan muchas horas de dedicación y esfuerzo.

Todo comienza a raíz de preguntas que surgen de la observación: ¿cómo se explica esto que acabo de observar? ¿cómo se relaciona con otros fenómenos que ya conozco? A partir de ese momento nuestra emoción de curiosidad se ilumina y comienza un proceso selectivo para elegir el mejor diseño y plan con el que trabajar para responder a esa pregunta.

Grupo 5 CIAN Madrid abrió sus puertas en 2014 y desde entonces nos hemos hecho distintas preguntas, algunas más simples y otras más complejas, pero todas orientadas a dar respuesta a las tres principales líneas de actividad dentro de nuestro centro: la mejora asistencial, la docente y la de gestión.

En los últimos años, desde el área de Neuropsicología hemos abierto más de 20 líneas de investigación (algunas de ellas aún están en activo, otras pausadas por necesidad y otras canceladas por falta de plausibilidad). Nuestra mente curiosa y dedicada al paciente ha querido dar respuesta a preguntas de toda índole, así que a continuación os dejamos algunos ejemplos a ver qué os parecen:

  • ¿Cómo afecta el tratamiento grupal en Regulación Emocional y Habilidades Sociales en la percepción de sobrecarga del cuidador?
  • ¿Cómo se relaciona el cuidado de pájaros Ninfa con la adherencia a los tratamientos residenciales y con las alteraciones de conducta?
  • El tratamiento cognitivo por ordenador o tablet ¿ofrece mejoras cognitivas y funcionales en la vida del paciente?
  • ¿Cómo podemos diseñar una base de datos que pueda predecir el tiempo de estancia y grado de recuperación de un paciente que acaba de ingresar?
  • Etc.

Con algunas de estas preguntas y sus respuestas hemos presentado dos comunicaciones orales y 2 comunicaciones escritas en congresos nacionales, pero sobre todo hemos encontrado soluciones y nuevas preguntas que nos han ayudado a mejorar la calidad asistencial.

Todos estos años de esfuerzo no acaban aquí, porque la investigación es un proceso circular que se va y que vuelve: preguntándonos, investigando, resolviendo y volviendo a preguntarnos. En los próximos años seguiremos tratando de dar respuesta a la complejidad que implica la persona, su familia, su sociedad y el paso del tiempo de cada uno de ellos, con unos recursos y un diseño de estudios cada vez de mayor calidad.

¿Por qué debería ser relevante en cualquier empresa llevar a cabo procesos de investigación e innovación?

En mi opinión, fortalece la visión del equipo manteniéndole proactivo y alineándolo con unas preguntas a resolver; ayuda a poner en orden los conocimientos y a remar todos hacia el mismo sentido; mejora la calidad y la velocidad de respuesta en la toma de decisiones clínicas; permite dar a conocer y compartir el conocimiento en pro del avance de la ciencia alcanzando la ayuda a más gente; y en definitiva, fortalece el equipo humano para encontrar nuevas formas que mejoren la calidad de vida de las personas usuarias.

Recogiendo la cita de Plutarco, en Grupo 5 CIAN Madrid no vamos a parar de sentirnos curiosos, proactivos y en la medida que podamos, investigadores porque «el conocimiento no es una vasija que se llena, sino un fuego que se enciende» por ende, esto no acaba aquí.

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